Identidad por lo nuestro

Por Carlos Ordosgoitia Sanin
3 semanas atrás

En un mundo que avanza a pasos agigantados, mantener vivas nuestras tradiciones es vital. Colombia es un país generoso en diversidad cultural y natural, y la identidad de cada una de nuestras regiones constituye un tesoro invaluable que debemos preservar y enaltecer. Esta riqueza nos invita a abrazar lo que nos une y celebrar lo que nos hace únicos.

Tener un profundo sentido de pertenencia hacia nuestras raíces no solo nos define como individuos, sino que también nos impulsa a convertirnos en ciudadanos comprometidos y empoderados, compartiendo un único propósito: el bienestar común.

¿Y qué significa ser ciudadanos?, la diferencia entre ser un ciudadano y un habitante puede parecer sutil, pero en la práctica es fundamental para la construcción de una mejor sociedad. Un ciudadano es aquel que, más allá de residir en un país, entiende su realidad, se involucra activamente y busca contribuir desde su ámbito personal o profesional, reconociendo que su papel es crucial. Por el contrario, un habitante es simplemente aquella persona que reside en una región con el único propósito de buscar su propio beneficio, sin interesarse por el impacto de sus acciones ni por contribuir a un cambio significativo más allá de su bienestar personal.

Este es el momento de transformarnos de simples habitantes a ciudadanos comprometidos con nuestro tejido social, la historia y los lazos que nos unen, no solo como regiones, sino como una gran Nación. Así, encontraremos un futuro lleno de esperanza y prosperidad.

En este sentido, un buen ciudadano debe ser consciente del importante papel que cumple en el entramado social. Por ejemplo, el compromiso con la seguridad es esencial, ya que constituye uno de los eslabones fundamentales de la democracia. Un país seguro no solo depende de las Fuerzas Armadas y la Policía, sino también de la participación activa de los ciudadanos quienes deben estar vigilantes y dispuestos a cooperar y colaborar estrechamente con las instituciones para prevenir y mitigar cualquier amenaza que pueda alterar el orden público.

En este sentido, cada quien tiene la responsabilidad de articular esfuerzos con los demás actores de la sociedad civil y las autoridades del orden para asegurar que cualquier vulnerabilidad, que afecte interna o externamente a su región o al país, sea abordada y contenida de manera pronta y efectiva.

El cuidado del medio ambiente, es otro punto fundamental. Hoy, más que nunca, necesitamos unirnos con el propósito de preservar el mundo para las generaciones futuras, realizando pequeñas acciones diarias que fomenten prácticas sostenibles. La diferencia entre habitar un lugar y ser un ciudadano comprometido radica precisamente en estas acciones conscientes y responsables.

Debemos participar activamente en nuestras comunidades, promoviendo el respeto por las tradiciones y valorando nuestra diversidad, para reforzar nuestro sentido de identidad e impulsar grandes transformaciones que conduzcan al bienestar de nuestras regiones.

Asumir un papel activo en la construcción de un mañana mejor para cada uno de nuestros territorios es el mayor acto de amor que podemos ofrecer a nuestra amada tierra colombiana.

Juntos, podemos construir un mejor país y lograr el verdadero cambio que anhelamos ver: una Colombia unida, sostenible, equitativa, y sobre todo, socialmente justa.