Incendios en Los Ángeles, una tragedia recurrente agravada por el cambio climático 

Por: Javier De La Hoz
1 mes atrás

El 8 de enero de 2025, Jordán Mitchell, residente de Altadena, California, recibió una llamada en la que le informaron que su padre, Anthony Mitchell, de 67 años a quien el año pasado le habían amputado una pierna, junto con su hermano Justin, quien padecía parálisis cerebral, estaban atrapados en su hogar mientras el incendio avanzaba sin control, ambos dependían de sillas de ruedas y no pudieron evacuar a tiempo.

Anthony realizó una desesperada llamada al 911, pero lamentablemente, la ayuda no llegó a tiempo. La tragedia de la familia Mitchell pone de relieve el impacto humano de los incendios forestales en Los Ángeles y la urgencia de abordar las causas subyacentes de estos desastres, entre ellas el cambio climático.

Los incendios forestales que han azotado a Los Ángeles en las últimas semanas representan una catástrofe que deja a su paso una estela de destrucción, pérdidas humanas y enormes costos económicos.

En un escenario que parece repetirse de forma recurrente el impacto de estas tragedias pone de manifiesto la necesidad de enfrentar el cambio climático como un factor clave en la intensificación de estos eventos.

Las estadísticas de estos últimos incendios son desgarradoras. Más de 16.000.  hectáreas consumidas por las llamas, miles de hogares destruidos, incluyendo las mega mansiones de los ricos y famosos y, lo más lamentable, la pérdida de al menos 25 vidas humanas, según datos recientes de las autoridades locales, a  estas cifras se suman los costos económicos, que ya superan los $2,000 millones de dólares solo en daños a infraestructuras y recursos naturales.

Además, los impactos indirectos, como el desplazamiento de familias y la interrupción de actividades económicas, podrían incrementar significativamente estas pérdidas.

Históricamente, se han registrado casos emblemáticos de responsabilidad en incendios forestales. Por ejemplo, en 2019, la compañía PG&E fue declarada culpable de negligencia tras ser vinculada con el devastador incendio de Camp Fire en 2018, que cobró 85 vidas y destruyó por completo la ciudad de Paradise. Este caso marcó un precedente, evidenciando que la negligencia corporativa no puede ser ignorada en la lucha contra estos desastres. Sin embargo, las sanciones no siempre son suficientes para prevenir futuros incidentes.

El rol del cambio climático en la intensificación de los incendios forestales es innegable. Estudios del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) destacan que el aumento de temperaturas, junto con las sequías prolongadas, crea las condiciones ideales para que las llamas se propaguen rápidamente. En California, la temperatura promedio ha aumentado aproximadamente 1.5 °C en los últimos 50 años, mientras que los periodos de sequía son cada vez más severos. Esto no solo incrementa la frecuencia de incendios, sino también su magnitud y duración.

Combatir este problema requiere un enfoque integral, por un lado, es imperativo fortalecer la infraestructura de prevención y respuesta ante emergencias, como mejorar la gestión forestal y modernizar las redes eléctricas, por otro lado, la transición hacia energías renovables y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero son medidas indispensables para mitigar los efectos del cambio climático.

Además, la justicia ambiental debe ser un pilar fundamental. Las comunidades más vulnerables, que suelen ser las más afectadas por estos desastres, necesitan ser protegidas mediante políticas inclusivas y equitativas. Asimismo, el endurecimiento de las sanciones por negligencia, tanto corporativa como individual, podría actuar como un disuasivo frente a conductas irresponsables.

Los incendios de Los Ángeles son un recordatorio doloroso de que el cambio climático no es una amenaza distante, sino una realidad que está transformando nuestras vidas. La responsabilidad de actuar no solo recae en los gobiernos y las empresas, sino también en cada uno de nosotros. Adoptar estilos de vida más sostenibles y exigir rendición de cuentas a quienes toman decisiones es un paso necesario hacia un futuro más seguro y resiliente.

El sector privado debe colaborar estrechamente con gobiernos y comunidades para implementar soluciones efectivas que mitiguen el impacto del cambio climático y reduzcan los riesgos de futuros desastres. Actuar con visión y responsabilidad no solo es un imperativo moral, sino también una oportunidad para impulsar un desarrollo económico sostenible.

@Javierdelahoz20

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