¡QUIERO ESTAR SOLA!

Por: Ana Carolina Buitrago
3 semanas atrás

Cuando se da el sí, acepto, aceptas también un camino al lado de tu pareja para toda la vida, te comprometes a nunca más volver a estar solo/a; así como a ser la compañía de alguien más, pero los años pasan, las cosas cambian y la verdad, no todo es color de rosa, los altibajos aparecen, las diferencias, la convivencia hace de las suyas y no se pone mucho mejor cuando llegan los hijos, dado que se nos viene el rol de madres, entonces la cosa es así:
Eres la esposa, la madre, la administradora de tu hogar, ama de casa o mujer que trabaja, profesora de tus hijos, las prácticas de futbol, los partidos y muchos roles más; pero, llega un momento en que te pierdes, tu ser único, sonriente, despreocupado, libre, termina en una rutina, pendiente de comprar huevos, frutas y yogurt, ¿y tú dónde quedaste?… ¡no estas!, sin darte cuenta tu ser dijo: -Lo siento, esto está muy heavy y se fue, no lo viste más.
Pero eso no queda ahí y este fue mi punto de quiebre; píntate la escena, un temporada que estaba sin ayuda doméstica, es decir a cargo de la casa, aseo, tareas, comidas, con trabajo full (en ese tiempo ejercía la contaduría pública), Abraham y Juli de 9 y 6 años, les sirvo la cena, sigo cocinando, y de pronto Abraham dice: mami ¿me puedes hacer otra cosa? esta comida no me gusta… ¡Ay Dios!, sentí como en las caricaturas que va subiendo como fuego por los ojos y humo por la cabeza, así, igualito y grité, ¡Darioooooooooo!, encárgate tú de los niños y salí corriendo al baño, me encerré, me tiré al suelo y me puse a llorar. En esos instantes ves tu vida pasar en segundos y te preguntas si estás haciendo las cosas bien… gran anécdota de la carga mental y física que llevamos y no le damos importancia, colapsé.
Siempre he pensado y los años que han pasado me han dado la razón y es en la importancia de que quien camina a tu lado te dé un espacio, te conozca e identifique cuando algo anda mal o te pregunte, más allá de un ¿Estás bien?; ¿Qué necesitas?, así sea solo para que llores y te desahogues, luego de este episodio he tenido días, en los que mi esposo me pregunta, ¿quieres estar sola en casa? ¿Me llevo a los niños y a Max? y he respondido sí, por favor, quiero estar sola, quiero una tarde para verme una peli, quedarme dormida con esa calma en casa, comerme algo que me guste, escribir, hacer videollamada con mi mejor amiga, cualquier actividad es posible, pero dedicada a mí.
¿Lo disfruto?, pero claro que sí, ¿culpa? no, de que, ¿Mala madre? ¡Jamás!, nada de eso debería preocuparte o ser una emoción en ti por elegirte, por decidir que necesitas un tiempo para simplemente ser, recargarte, enfocarte; eres una princesa que tiene propósito y tener paz en la mente y en el corazón viene de Dios, así que siéntete libre, exprésate, no minimices los pensamientos que muchas veces te bloquean y hasta te llegan a enfermar, fortalece la comunicación con tu pareja; son hombres, su diseño es muy distinto y no, no tienen por qué saberlas todas, se les olvida hasta en que grado están sus hijos en el colegio, y sí, si debemos las mujeres perder el temor a expresar específicamente que es lo que queremos, el resto del mundo no tiene la obligación de adivinar que nos pasa, sé comprensiva tú también, los demás tienen una vida y no somos el centro del universo para ellos, excepto para ti misma.
Por eso no pierdas la oportunidad de tener esa salida con tus amigas que siempre pospones, vete sola de viaje con tu mama y tus hermanas, quédate una tarde en casa haciendo lo que disfrutas, léete ese libro que compraste y aun no destapas, vive, siente, inspírate, disfruta el tiempo precioso que son las páginas en el libro de la vida que Dios ha escrito para ti y que aún no termina.

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