¿Qué está pasando en nuestras familias?

Muchos ya olvidaron la reciente tragedia sucedida en Palmar De Varela, pueblo ubicado en el departamento del Atlántico, donde una madre de 24 años degolló sus tres hijos de diez, seis y cuatro años, y como producto de su desespero intento suicidarse, cortándose las muñecas y el cuello. Traigo este hecho a consideración, para identificar las características de algunas familias colombianas. Al igual que el abogado, muchos creen que la señora sufre de trastornos mentales, sin pensar en que el Estado y la Sociedad tienen gran parte de la responsabilidad. Para ubicarnos en el entorno de la madre, proviene de
9 años atrás

Por: Marta Sáenz Correa
Por: Marta Sáenz Correa
Muchos ya olvidaron la reciente tragedia sucedida en Palmar De Varela, pueblo ubicado en el departamento del Atlántico, donde una madre de 24 años degolló sus tres hijos de diez, seis y cuatro años, y como producto de su desespero intento suicidarse, cortándose las muñecas y el cuello. Traigo este hecho a consideración, para identificar las características de algunas familias colombianas.

Al igual que el abogado, muchos creen que la señora sufre de trastornos mentales, sin pensar en que el Estado y la Sociedad tienen gran parte de la responsabilidad. Para ubicarnos en el entorno de la madre, proviene de una familia desplazada del Municipio de Tierralta-Córdoba, y fue abusada por su padre en su niñez, a los 14 años quedó embaraza y nadie hizo nada: ni los médicos de la clínica, ni la familia, ni los vecinos. ¿Qué hicimos como sociedad para proteger a esa adolescente que a los 14 años ya había sido abusada y estaba embarazada?

Mientras nuestra constitución referencia a la familia como eje fundamental de la sociedad, para muchos colombianos se ha convertido en un lugar donde la lucha por la convivencia es el pan de cada día, y donde convergen la pobreza, la frustración, y la violencia. Lo anterior, ha generado que las familias se han convertido en un foco de gritos, golpes, y abusos sexuales, psicológicos y económicos donde la principal víctima son las mujeres y niñas. Según Profamilia, la mayoría de los casos de violencia intrafamiliar se dan en los hogares, y casi todos dirigidos contra las mujeres. Una aberrante conclusión es que dos de cada tres mujeres a quienes sus hombres maltratan ya han sido maltratadas durante la niñez y casi todas tienen un bajo nivel de educación, escasos recursos y viven sin parejas, pero con hijos.

Pedro Quijano, subdirector de familia del Bienestar Familiar sostiene: esas mujeres como la del caso de Palmar de Varela son hoy las cabezas de muchos hogares y están solas, y el estado muchas veces es incapaz de articular sus entidades para encender las alarmas y actuar, y así fracasa en velar por las familias.

Según el mapa mundial de la familia del 2014, en Colombia, las familias cargan con tres graves problemas: la pobreza, el 25% de los niños crecen en la pobreza, y el 10% en la pobreza absoluta, y las carencias materiales se suman las intelectuales y emocionales. Solo el 30% de las cabezas de familia ha terminado el bachillerato; la mayoría obligada a trabajar, no está con sus hijos durante el día y parte de la noche. En esas circunstancias los niños dejan de tener experiencias formadoras como la de cenar en familia, momento considerado por los expertos clave para el desarrollo de valores. El segundo de los problemas, un hogar tambaleante, sea por la violencia o inestabilidad de los padres, lo que les genera a los niños mucho estrés y enfermedades, y el tercero, la violencia heredada y reciclada a través de las generaciones. Según los expertos, las víctimas de abusos en el hogar son dadas a repetir o a tolerar la violencia en su propia familia. Si se crece en un escenario violento se tiene más propensión a ser victimario.

Éstas características, se reflejan en la Familia de la joven madre autora del triple filicidio, quien al denunciar el abuso del abuelo con su hija de seis años, y detectar que podría perder la tutela de sus hijos, prefirió optar por lo denominado en psiquiatría como suicidio extendido, que ocurre por situaciones de vida compleja a nivel social, en donde se reflejan en el paciente graves factores de pobreza, soledad, maltrato y preocupación por grandes responsabilidades.