La producción de patilla, pilar fundamental de la economía en Purísima, Córdoba, enfrenta una paradójica situación: mientras los agricultores celebran una cosecha abundante de aproximadamente 1.500 toneladas, la intensa sequía que afecta la Ciénaga Grande del Bajo Sinú dificulta severamente su comercialización.
Los 150 cultivadores dedicados a esta actividad agrícola implementan soluciones creativas para transportar sus productos. “Utilizamos desde canoas hasta hamacas improvisadas para poder sacar nuestras patillas al mercado”, explicó uno de los productores locales, quien señaló que los bajos niveles del agua en la ciénaga representan el principal obstáculo para su subsistencia.

Esta situación expone la vulnerabilidad de la economía local frente a los efectos del cambio climático. La patilla, más que un cultivo, constituye un símbolo cultural para esta comunidad cordobesa, que anualmente celebra el Festival de la Patilla, programado este año para los días 8 y 9 de marzo.
La administración municipal, durante los últimos dos años, apoya activamente el festival como estrategia para dinamizar la comercialización del fruto. Este evento atrae a cientos de compradores que aprovechan para adquirir patillas de calidad a precios accesibles.

El contraste entre pequeños productores y grandes comerciantes evidencia otra dimensión del problema. Mientras los segundos cuentan con camiones para transportar la fruta, los agricultores familiares dependen de métodos artesanales, lo que incrementa la desigualdad en la cadena de valor.
“Producimos una patilla de excelente calidad y a muy bajo precio, pero sin acceso adecuado al mercado, nuestros esfuerzos no generan el retorno esperado”, comentó otro cultivador de la zona.
A pesar de los obstáculos, los productores mantienen el optimismo mientras preparan la próxima edición del festival, que promete ser una “dulce y refrescante fiesta” en medio de la adversidad.