El pasado martes 30 de septiembre, tuve el honor de participar como panelista al conversatorio “El río que conecta recuerdos” en la biblioteca de la Universidad Cooperativa de Colombia, Sede Montería.
Aparte de tertuliar sobre cultura, tema que me apasiona, y el arte de hablar paja, como dirían algunos filósofos callejeros, encontré una maravilla de exposición fotográfica en el recinto. Una mirada a la Montería de antes, fotos antiquísimas de la San Jerónimo de los Charcos de hace décadas, muy bien restauradas las imágenes, acompañadas por fotos estéticamente logradas de la ciudad que hoy se levanta entre el verdor y el concreto, entre la urbe y la ruralidad, una agrópolis que conserva el patrimonio arquitectónico de principios del siglo XX y los diseños de la arquitectura moderna.
La fotografía se introdujo en la historia de la humanidad como un nuevo idioma para observar y recordar. El daguerrotipo, esa invención extraordinaria que posibilitó retratar la realidad con una lealtad nunca antes soñado, fue conocido por el mundo solo a mediados del siglo XIX, en la brillante Francia de Louis Daguerre. La memoria visual, hasta ese momento, se basaba en el ritmo de los retratistas y dibujantes, que eran artesanos de la mirada y convertían paisajes, rostros y escenas utilizando la sensibilidad de sus manos. Los jeroglíficos, más atrás en la historia, fueron el primer intento del hombre de dejar un legado, de narrar su historia a través de imágenes esculpidas en piedra.
Las fotos han sido el medio visual más convincente para documentar los instantes más significativos del ser humano, tanto a nivel individual como colectivo. En el pasado, los informativos eran únicamente textos; sin embargo, la llegada de las fotografías hizo que la información fuera más completa, ya que mostraban visualmente lo que sucedía.
La exposición fotográfica “El río que conecta recuerdos” hace parte del proyecto. Álbum de recuerdos, rescatando la memoria fotográfica de Montería. Es liderada por Jorge Fernando Vargas, realizador audiovisual, un joven apasionado de la fotografía, quien no solo mediante su lente captura momentos. Búnker, como se conoce artística y profesionalmente, narra historias, muy bien contadas, pero cuadro a cuadro, foto a foto. Tiene la sensibilidad del artista que busca la perfección. Con esta exposición se ha evidenciado la tesis del poeta Raúl Gómez Jattin —Creer en el pasado como punto de llegada— aportando su grano de arena a la memoria histórica de la capital cordobesa.
-Cada imagen guarda una historia, y cada historia merece ser contada, expresa Búnker, quien permanece ido mientras conversas con él. Por su mente pasan miles de imágenes por segundo queriendo capturar todo lo que está a su alrededor. Es inquieto y aflora la curiosidad del niño que todo lo quiere hacer, saber y aprender.
El propósito de la iniciativa es establecer un archivo digital de la memoria, un refugio para las imágenes que ilustran cómo transcurre el tiempo en nuestra localidad: gestos, miradas, calles y rostros que simbolizan la identidad de una región que se encuentra en constante transformación. No será simplemente un depósito de datos, sino el punto de partida para nuevas narrativas visuales; un lugar en el que las fotografías hablen acerca de pertenencia, raíces y futuro.
El proyecto se materializará en una exhibición que se llevará a cabo en el Museo de arte Zenú Contemporáneo, que está situado en la Ronda del Sinú. Las imágenes interactuarán con la audiencia por medio de formatos físicos y digitales. Este espacio, creado a partir de recuerdos y encuentros, inspirará a recordar memorias, plantear preguntas y generar nuevos puntos de vista.
Este proyecto de Bunker nace con una firme convicción de conservar, narrar y divulgar la memoria visual de Montería, sin antecedentes anteriores. Dado que cada imagen guarda una parte de nosotros y cada mirada que la descubre, la mantiene con vida.
La fotografía nos ayuda a repensar y reflexionar la historia y la cultura. Es una imagen estática que profundiza el pasado, acentúa el presente y el futuro abarcará siempre a ella para seguir indagando el misterio de la existencia. Hoy el mundo gira más a la imagen que al texto, todos quieren contar su propia historia a través de celulares que cada día se encarasen solo por tener una mejor cámara.
La exposición “El río que conecta recuerdos” hace parte de los proyectos beneficiados por el Portafolio de Estímulos de la Alcaldía de Montería, un gol de media cancha que se anota el mandatario actual de los monterianos, beneficiando directamente al hacedor de arte.
A Búnker la inspiración no le cayó del cielo, como diría el poeta André Breton, la encontró y buscó con la disciplina y el esfuerzo de su trabajo, día a día, como sustentaba Picasso.
Para conocer todo el talento creativo de este artista que plasma historias a través de la fotografía, pueden visitar sus páginas en Instagram @untalbunker y @jbunker
Buen viento, buena mar






