Deportes. Con casi todo listo para el inicio de una nueva temporada de la NBA, varios jugadores han mostrado su rechazo por aplicarse la vacuna contra el covid-19, sin importar las sanciones que pagarían por no inocularse y las nuevas leyes del baloncesto estadounidense.
Estrellas como Kyrie Irving, quién cree que las vacunas son un plan satánico para controlar la raza negra, y Andrew Wiggins de Golden State Warriors, son algunos de los jugadores que se han opuesto a inmunizarse aunque reciban castigos económicos o no puedan jugar en sus respectivas ciudades (New York y San Francisco) en el transcurso de la temporada.
Según anunció el portavoz de la NBA, Mike Bass, aquellos que no respeten los lineamientos establecidos, no recibirán pago por los partidos que no jueguen.
“Cualquier jugador que elija no cumplir con los mandatos locales de vacunación no recibirá ningún pago por los partidos que se pierda“, dijo Bass.
A su vez, los no vacunados deberán portar tapaboca al momento de comer con sus compañeros o personal de la franquicia, no saldrán de su residencia u hotel antes de partido y no podrán estar en lugares concurridos debido a que son de ‘alto riesgo’.
Por otro lado, figuras como Lebron James, cambiaron de parecer ante las normas restrictivas y también considerando lo mejor para su equipo, carrera y vida personal.
“Sé que era muy escéptico al respecto, pero después de investigar por mi cuenta sentí que era lo más adecuado para mí, mi familia y mis amigos. Por eso decidí hacerlo”, dijo James en el Media Day de Los Ángeles Lakers.
Cerca del 90% de los jugadores de la liga estadounidense se ha vacunado, pero aún son los nombres de peso que no temen a los castigos que afrontarán si sus equipos no hacen algo al respecto.
