En el corregimiento El Plateado, municipio de Argelia, Cauca, la comunidad se encuentra consternada tras la irrupción de miembros de las disidencias de las FARC en una cancha de fútbol.
A través de videos compartidos en redes socials, se observa cómo los insurgentes reunieron a los pobladores y pidieron un minuto de silencio por la muerte de Dylan Camilo, un niño de 10 años que falleció el pasado martes 23 de julio tras la activación de un artefacto explosivo instalado por el grupo armado ilegal.
Según el general Federico Mejía, comandante del Comando Específico del Cauca, el menor fue víctima de granadas lanzadas por drones utilizados por las disidencias para atacar a las tropas en el Cañón del Micay.
Dos días después del trágico suceso, alias Giovanny, señalado como jefe del grupo disidente, se dirigió a la comunidad calificando al niño como “inocente de esta guerra absurda”.
Fuentes militares confirmaron que durante la reunión con los pobladores, los integrantes del grupo al margen de la ley reconocieron su responsabilidad en el asesinato del menor. La comunidad del Cauca ha expresado su rechazo ante este hecho y la presión ejercida por las disidencias sobre una población ya afectada por la pérdida del niño.
En un comunicado, el autodenominado ‘Bloque Occidental Comandante Jacobo Arenas de las FARC-EP’ afirmó que la muerte de Dylan fue un accidente que no quedará en el olvido. Sin embargo, la indignación persiste ante la violencia y la presión de los grupos armados ilegales sobre la población civil.
