Un plan

Opinión /Por Marcos Velásquez FOCUS. Exponer un plan de marketing va más allá del análisis de la situación del mercado, de la definición del público objetivo, de la definición de los objetivos de negocio, de las estrategias de marketing propiamente dichas, del presupuesto, del calendario de acciones o de la evaluación de los resultados y de su seguimiento. De modo simple, un plan es un plan, lo que traduce: “posición subjetiva de un obsesivo que quiere prever los riesgos posibles para evitar malestares futuros”. El plan de Georgette es básico: seducir al cliente, conquistar un nuevo consumidor para la agencia, ganar
8 años atrás
Marcos Velásquez.  Mg. en Comunicación. Psicoanalista. Docente (Marca Personal/Mercadeo/Estilos de Pensar/Inv cualitativa). Escritor.
Marcos Velásquez.
Mg. en Comunicación. Psicoanalista. Docente (Marca Personal/Mercadeo/Estilos de Pensar/Inv cualitativa). Escritor.

Opinión /Por Marcos Velásquez

FOCUS. Exponer un plan de marketing va más allá del análisis de la situación del mercado, de la definición del público objetivo, de la definición de los objetivos de negocio, de las estrategias de marketing propiamente dichas, del presupuesto, del calendario de acciones o de la evaluación de los resultados y de su seguimiento.

De modo simple, un plan es un plan, lo que traduce: “posición subjetiva de un obsesivo que quiere prever los riesgos posibles para evitar malestares futuros”.

El plan de Georgette es básico: seducir al cliente, conquistar un nuevo consumidor para la agencia, ganar dinero y sentirse bien por haber hecho su trabajo.

En otras palabras, recibir aplausos y hacerse un selfie con la nueva marca que vamos a liderar desde la agencia –si el cliente nos acepta nuestra propuesta, ¡claro está!- y subirla a la red, para festejar, viendo la foto, en la zona rosa en la noche de hoy jueves y decir que está extenuada por tanto trabajo, con tal de justificar con falsa modestia la copa de vino tinto en su mano y alardearle a sus amigas que ella es la mejor.

Lo que ella no tiene presente en su prevención de malestares futuros es que lo real es ineludible.

A lo sumo, Georgette está inmersa en el mundo del principio del placer, el cual está del lado de los ideales, de los imaginariosde un mundo en el que se ve el sudor en las pantallas de los smartphonemientras pasan el spot de un nuevo gymque promocionasu plan de ingreso al mercado a partir de sus precios económicos y con resultados de tonificación en menos de lo esperado: dos semanas.

Sin embargo, Georgette no tiene presente que, se puede pagar el plan, pero lograr la tonificación en el tiempo estipulado por la publicidad, si se logra, es gracias a que en las dos semanas se dedican sólo a ello y los músculosquedarán resentidos por mucho tiempo, si es que uno que otro no se atrofia por el sobre esfuerzo al que fue sometido.  En síntesis, ella ve lo magnifico, pero no huele el sudor.

Ella es de la escuela de las ciencias, de la neuro, en la que gracias a MacLean el cerebro está “compuesto” por el neocortex (lo racional, lógico, analítico y funcional), el límbico (sentimientos, emociones, sensaciones) y el reptiliano (el de las decisiones, lo instintivo, el dominador, el reproductor).

Georgette piensa con fe ciega que al someter a los consumidores a un sin número de test que arrojan un sin número de resultados que se pueden sujetar a un sin número de variables para ser analizadas a través de diversos software de medición estadística, se va a disminuir el malestar futuro por obtener unos resultados que están avalados por el método trazado por la ciencia.

Gracias a ello siempre termina muchas de sus exposiciones, para su tranquilidad y falta de profundidad epistémica, pero sí mucha habilidad técnica, diciendo: <<Por tanto, ¡estos resultados son científicamente demostrados!>>.  Queriendo dar a entender que lo que ella dice, según la demostración en la que se apoya, es verdad plena.

Como ella, hoy por hoy muchos seres hablantes sólo quieren ver los resultados, los ideales, más no la construcción, la sustancia de las cosas.

Se quedan en la foto, pero no toman en cuenta el trabajo previo del maquillaje, la ambientación y, la banda sonora que hace que las emociones estén al límite de la exaltación para que surja la sonrisa.  La música no sale en el selfie de la fiesta, pero si no hubiera sido por esa canción, el rostro de nostálgico esplendor no hubiera sido posible.

Yo voy a exponer no un plan.  Voy a plantear cómo se forja una marca personal.  Asumo que Georgette se va a tostar porque lo que voy a decir, no es que no le vaya a gustar, sino que como le va a costar comprenderlo, se va a enfadar.  Va a hacer caras, mirará el reloj y pedirá excusas para contestar llamadas que no existen, me hará señas diciéndome que qué es lo que estoy haciendo, mirará al cliente y pensará en su copa de vino tinto con el anhelo de tenerla en su mano para arrojármela con tal de que termine de inmediato su suplicio.

Pero, ¿cómo hacer?  En el momento del Marketing 3.0 hay que hablar del Marketing de Equilibrio, donde el Ser Hablante antes que ser medido, tiene que ser escuchado.

Si una marca personal no tiene claro eso, no podrá ser marca, ni tendrá elementos para ser personal.

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