El poeta Raúl Gómez Jattin terminó sus estudios de secundaria en el colegio León XIII de Cartagena y seguidamente pasó a estudiar derecho en la Universidad Externado de Bogotá. Fue en esta última ciudad furiosa de frío donde buceó en el mundo del teatro y la literatura. Ya venía con cierto nivel de lectura, elevado para un provinciano de la época que se hizo respetar por los intelectuales de la capital del país.
Sus vacaciones eran esperadas con ansias para caminar por las polvorientas calles de su pueblo adoptivo, pero de residencia permanente en aquel entonces, Cereté de Córdoba, como él lo llamaba, donde era mirado como bicho raro y hombre despreciable y peligroso, algo en lo que lo había convertido la poesía y el amor; aunque solo se hacía daño así mismo.
En esa época libertaria, llena del frenesí de la juventud y embriagado de arte, eran pocos los amigos que se adherían a ese plan de leer poesía, actuar sobre las tablas, tertulias y toda práctica de un bohemio de la cultura. Una de esas pocas personas que se dejó seducir por la alquimia de sus versos fue Lena Reza. Quien lo escuchaba por horas, tomando café en mecedoras, bajo techos de paja colados, recibiendo noticias del universo, secundando algunas de sus locuras. Lo que Raúl no sabía era que enfrente tenía al Ángel Clandestino, más devoto y futura conserje de su deslumbrante obra poética.
Lena ha sido una de las gestoras culturales más relevantes en el departamento de Córdoba. La casa de la cultura del municipio de Cereté cobró vida durante muchos años de su labor como directora. Carga sobre en hombros la creación y organización del Encuentro Internacional de Mujeres Poetas, el cual lleva más de 30 años celebrándose, convirtiendo a la capital del oro blanco en destino poético, lo que algunos llaman turismo cultural.
En un principio, cuando conocí a Lena y hablaba con ella, me dio la leve impresión que pudo haber estado enamorada de Raúl. Le brillaban los ojos cuando lo mencionaba, se le formaba una aureola a su alrededor y las mariposas se estacionaban a su lado. Luego logré acertar que no estaba enamorada de la figura mitológica griega con manos de astromelias y pies de Homo sapiens del poeta, ella ama su poesía.
El pasado 22 de mayo se conmemoraron 27 años del fallecimiento de Gómez Jattin. La infancia y adolescencia fueron pueblerinas, en medio del corazón de mango del Sinú, jugando a la rayuela bajo los mamoncillos de los patios y deshaciendo figuras en la piel de la tierra. En Cartagena, ciudad donde nació y ya adulto, convertido en uno de los poetas más aclamados por la crítica literaria colombiana, se esfumó para siempre una mañana del 22 de mayo de 1997. Desde entonces, Lena ha sido la persona que reza un viacrucis por las casas, lugares, calles y parques frecuentados y trascendentes en la vida y obra del poeta en su trasegar por Cereté, donde se formalizan recitales poéticos.
El viacrucis tiene 12 estaciones y se conoce culturalmente como “La Ruta de Raúl”.
Los recitales se realizan con poetas locales, músicos y actores que interpretan los poemas más destacados del autor. Es un evento sublime, los “Ángeles Clandestinos” que lidera Lena, han recibido con beneplácito a los cientos de visitantes que llegan año tras año a bautizarse como “Raulianos”, la religión poética que dejó fundada el más rebelde, indomable, descuadernado y exótico poeta de los últimos tiempos; quien llegó a oxigenar y darle vitalidad a este género literario.
La primera estación de la “Ruta de Raúl” inicia en la plazoleta del centro cultural que lleva su nombre y termina en el Cementerio Central, donde yacen los restos del poeta. En ambos puntos, inicio y final, hay plantado un árbol de mango del Sinú en su nombre. El Caño Bugre, Barrio Venus, Barrio San Diego, Calle de las Flores, Parque Central, Centro de Cereté y Calle Cartagenita, son algunos de los puntos que engalanan el recorrido.
La obra de Raúl fue para muchos no tan numerosa, pero sustanciosa, se destacan los libros: Poemas, Tríptico cereteano, Retratos, Amanecer en el valle del Sinú, Del amor, Hijos del tiempo, Esplendor de la mariposa, Libro de la locura y Los poetas amor mío (póstumo).
Razón tuvo el escritor Jaime Jaramillo Escobar, cuando dijo “eres el viento, eres un potrillo, eres el río que arrasa, no limitas con nada, no tienes cuñados en el cielo, ¡No tienes participación en la bolsa de valores, eres un bruto, eres Atila, eres el mismísimo Adán, Dios en persona completamente loco deshojando los bosques y tirando las hojas al aire, eres el ciclón, la barriga pelada, el escándalo furioso, todo lo que yo no soy ni hay aquí poeta que lo sea, eres el fauno, el unicornio, el centauro, el volcán, eres el putas!”
Aunque muchos han escrito sobre la obra de Gómez Jattin, y han aportado a la emancipación de su legado poético, es Lena Reza el “Ángel Clandestino” que más ha cargado la cruz de sus versos todo este tiempo. Es la legionaria más ferviente que reza el viacrucis de 12 estaciones con la finalidad de agrandar el hálito avolcanado de una poesía que estalla y embruja a los lectores.