“Es necesario sembrar para el futuro”, decía Napoleón Bonaparte. Que el porcentaje de la inversión como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) en 2023 haya sido el menor en los últimos 19 años es motivo de preocupación para el país. Esta proporción tan solo alcanzó el 13.6%, comparado con el promedio histórico de 21.5%. No estamos sembrando lo suficiente.
La inversión es el componente del PIB que nos habla sobre el futuro de una nación. En función de lo que se invierta hoy en educación, salud, infraestructura vial, portuaria, energética y turística, dependerá nuestro desarrollo y generación de riqueza en unos años. Si hoy la inversión es baja o escasea, el futuro no será promisorio. Desafortunadamente, este es el panorama al que nos encontramos avocados si no se lideran las políticas públicas y privadas necesarias para atraer inversionistas tanto locales como extranjeros.
Algo similar sucedió con la Inversión Extranjera Directa (IED) en 2023. La variación de este rubro con respecto a 2022 fue de -0.2%, alcanzando los USD 17,147 millones. Para el primer trimestre de 2024, la caída de la IED total fue de un -12% con respecto al mismo periodo de 2023, y la IED de un rubro muy importante para el Departamento de Córdoba, la destinada al sector agropecuario, cayó un -8%.
El comportamiento de la inversión dificulta la ejecución de cambios estructurales en la diversificación productiva que necesita el país. En el caso del Departamento de Córdoba, por ejemplo, los principales sectores productivos son la administración pública (25% del PIB departamental) y el comercio (15% del PIB departamental). Muy por detrás se encuentra el sector agropecuario con una participación del 14% del PIB departamental y la industria con un 10.6%. El principal motor productivo de la región es el sector público. Este panorama tiene que cambiar y, para ello, es fundamental invertir en sectores transformadores.
Dado que el panorama de la inversión nacional no es alentador, somos las regiones las llamadas a hacer lo que está a nuestro alcance para fortalecerla. En este sentido, iniciativas que propongan acercar a los inversionistas a los territorios son ahora más que nunca necesarias. Como gobernador del Departamento de Córdoba, he iniciado varias actividades enfocadas en tal fin.
Las acciones para incrementar la confianza inversionista en el Departamento de Córdoba son a largo, mediano y corto plazo. Las acciones a largo plazo incluyen la elaboración de la Agenda Córdoba 2052 para planificar el futuro del departamento con una perspectiva de varias décadas adelante, con estudios y análisis rigurosos que se encuentran en curso. Las acciones a mediano plazo incluyen un Plan de Desarrollo Departamental recientemente aprobado, donde la mayoría de sus recursos se concentran en sectores detonantes de la productividad, como la educación, la infraestructura y el sector salud. Por último, las acciones a corto plazo incluyen la racionalización y digitalización de varios trámites que facilitan el entorno para hacer negocios y la ejecución de proyectos de inversión en curso relevantes para la conectividad del territorio.
Es tarea de todos los niveles del estado sembrar lo suficiente para el futuro del país. Desde las regiones y desde el Departamento de Córdoba en particular, estamos tomando las medidas que podemos implementar y esperamos que, con la coadyuvancia del Gobierno Nacional, logremos niveles de inversión que ayuden a cambiar nuestra estructura productiva en pro de nuestros habitantes y del país en general.