El expresidente Álvaro Uribe ha levantado una voz de protesta en medio del tumulto político generado por el reciente escándalo de corrupción en la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (UNGRD
Uribe se dirigió al país con una pregunta directa y contundente: “¿Quiénes serán los 30 congresistas sobornados? ¿Los mismos que están aprobando las reformas de la destrucción democrática?”. Su llamado a la acción no se detiene aquí, proponiendo dos opciones claras: “o que los saquen del Congreso o que haya una auto huelga en el Congreso”.
Las revelaciones realizadas por el exsubdirector de la UNGRD, Sneyder Pinilla, han sacudido los cimientos del Congreso y han dejado al descubierto presuntas prácticas corruptas que involucran a destacados miembros del legislativo. Pinilla afirma haber entregado millonarias sumas de dinero a legisladores para asegurar su apoyo a las reformas gubernamentales. Esta confesión ha generado una profunda preocupación en los círculos políticos y ha desencadenado una serie de reacciones en cadena.
Aunque el gobierno de Petro sigue adelante con sus propuestas legislativas, la sombra de la corrupción planea sobre el proceso. El presidente del Senado, Iván Name, y el presidente de la Cámara, Andrés Calle, han sido mencionados en relación con el escándalo, junto con otros 15 congresistas más. Este panorama ha generado una atmósfera enrarecida en el Congreso, con un creciente escepticismo sobre la integridad de algunos de sus miembros.