Al poner fin a una relación de pareja con hijos menores o adolescentes estudiando, la ley establece que el progenitor sin custodia debe proveer una cuota alimentaria mensual.
Esta cuota no solo abarca la alimentación, sino que comprende todo lo necesario para el desarrollo integral del menor, como costos de vivienda, educación, salud, vestuario, recreación y transporte.
La cuota alimentaria puede representar hasta el 50% del salario del obligado, repartida proporcionalmente según el número de hijos.
Es importante resaltar que la cuota alimentaria no contempla el sostenimiento de otros familiares que no estén bajo la custodia del progenitor que la provee. El dinero asignado está destinado exclusivamente para el beneficio del menor.
El monto de la cuota puede aumentar o disminuir si cambian las necesidades del niño, niña o adolescente, o las condiciones económicas del padre o madre obligados. El valor siempre podrá ser discutido y modificado.
En caso de incumplimiento de la cuota alimentaria, cuando ya existe una fijación previa, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) recomienda denunciar ante la Fiscalía General de la Nación por el delito de inasistencia alimentaria.
En resumen, la cuota alimentaria en Colombia cubre todos los aspectos necesarios para el desarrollo integral del menor, es una obligación legal ajustable según las circunstancias cambiantes, y su incumplimiento puede ser denunciado penalmente.
