Un gran número de colombianos se encuentran obligados a pagar el impuesto de ganancia ocasional sin siquiera estar al tanto de esta normativa. Este impuesto se aplica cuando se generan ingresos extraordinarios por medio de la venta de activos, la liquidación de sociedades, las herencias o legados y los premios de loterías o juegos de azar.
La mayoría de personas desconocen que deben tributar cuando reciben estas ganancias adicionales. Por ejemplo, si venden su carro o apartamento y generan una utilidad después de dos años de tener el activo. También si heredan bienes o dinero en efectivo. Incluso si ganan la lotería o una rifa. En todos estos casos, se debe liquidar y pagar el impuesto de ganancia ocasional a la DIAN.
¿Cómo se calcula la ganancia ocasional?
Para determinar la base gravable de la ganancia ocasional, se resta el costo fiscal del activo de su precio de venta. Si se poseyó el activo por menos de dos años, toda la utilidad se considera renta líquida ordinaria.
Por ejemplo, si alguien compra un apartamento por $250 millones hace cinco años y lo vende hoy en $350 millones, su ganancia ocasional sería la diferencia entre estas dos cifras: $100 millones. Sobre esta base gravable se aplican las tarifas del impuesto de renta según los rangos definidos por la ley.
Herencias y legados, otra fuente de sorpresas
Las herencias o legados también son motivo de desconocimiento sobre la obligación de pagar ganancia ocasional. Si un padre le hereda una casa y/o dinero en efectivo a su hijo, este último está adquiriendo un enriquecimiento sobre el cual debe tributar.
Lo mismo ocurre con premios de loterías, chances, rifas o similares. El ganador recibe un ingreso extra que toda persona celebraría, pero pocos saben que le corresponderá pagar impuestos por ese dinero que no esperaba.
Es clave que los colombianos conozcan estas disposiciones legales para cumplir correctamente con sus obligaciones ante la DIAN. De lo contrario, podrían llevarse sorpresas desagradables al recibir requerimientos de pago sobre ganancias que creían exentas de impuestos. Asesorarse con un experto en temas tributarios ayuda a evitar sustos frente al fisco.
