En medio de la campaña electoral en Panamá, el discurso antimigración ha tomado fuerza, con candidatos que prometen medidas drásticas como «cerrar» la selva del Darién, frontera natural con Colombia. Sin embargo, otros aspiran a abordar la crisis migratoria con un enfoque más conciliador, tachando esas propuestas de «irreales» y apostando por una mayor lucha contra la trata y el apoyo a los países de origen.
Uno de los candidatos más duros en este tema es el exministro de Seguridad Pública, José Raúl Mulino, quien lidera las encuestas. «Parar la migración esa, yo cierro el Darién», afirmó rotundamente durante una caminata como parte de su campaña.
Mulino aseguró que solicitaría apoyo a países involucrados, como Colombia y Estados Unidos, argumentando que Panamá no es un país de tránsito y que muchos migrantes son víctimas de trata.
En broma, sugirió pedirle al expresidente Donald Trump «que me eche una paladita de cemento acá, para hacer otro muro», en referencia al polémico muro fronterizo con México. Esta propuesta de «cerrar la frontera» también es respaldada por la candidata independiente Zulay Rodríguez, quien mantiene un fuerte discurso antimigración.
Por otro lado, el expresidente Martín Torrijos reconoce que la crisis no cambiará mientras no mejoren las condiciones en los países de origen en América Latina. Aunque Panamá es un país de tránsito, Torrijos aboga por controles migratorios que garanticen los derechos de los migrantes y el respeto a las normas.
El candidato antisistema Ricardo Lombana califica la idea de cerrar el Darién como «irreal», afirmando que «las fronteras no se pueden cerrar por más que pongas muros, los migrantes y las migraciones se seguirán moviendo». Lombana destaca la importancia de la coordinación entre los servicios de inteligencia de los países involucrados en la ruta migratoria para combatir el crimen organizado y permitir una migración segura.