Carta de un lector indignado por los “Abusos” de Electricaribe

Por: Mario Montes. Rabia, indignación y desespero son calificativos con los que se identifican los usuarios del servicio de atención al cliente de la empresa ELECTRICARIBE Cereté. Con tres puestos de atención uno creería que la permanencia en ese lugar va hacer cuestión de minutos, pero ¡oh! sorpresa, cuando la realidad supera la expectativa, te das cuentas que todo era una ilusión. De los tres puntos de atención que hay, solo dos están habilitados, pero la desilusión suele ser peor cuando solo una persona es la que en realidad atiende. Con el paso de los minutos el flujo de personal
11 años atrás

Por: Mario Montes.

Rabia, indignación y desespero son calificativos con los que se identifican los usuarios del servicio de atención al cliente de la empresa ELECTRICARIBE Cereté. Con tres puestos de atención uno creería que la permanencia en ese lugar va hacer cuestión de minutos, pero ¡oh! sorpresa, cuando la realidad supera la expectativa, te das cuentas que todo era una ilusión.

De los tres puntos de atención que hay, solo dos están habilitados, pero la desilusión suele ser peor cuando solo una persona es la que en realidad atiende.

Con el paso de los minutos el flujo de personal se hace mayor, el ambiente se pone pesado, fastidioso, las pocas sillas que hay son ocupadas por los primeros que llegaron, si quieres esperar y no estar de pie tomas la sencilla decisión de tirarte al piso. Mientras sigues esperando y hablas con tu vecino de a lado, sobre la mala atención, los abusos y la disposición de esos señores con tu valioso tiempo.

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Entonces los murmullos son interrumpidos por un ¡estos es el colmo! De una usuario, que está en la única caja disponible, una señora de algunos 45 años, indignada “esperé más de dos horas, para que me digas que no me puedes imprimir el recibo, no es posible una empresa como estas con tanta plata” la respuesta del humilde servidor, que se dirige a la señora de manera cortés y amablemente, haciendo uso de del taller de atención al cliente impartido por su empresa a la vista de todos, “¡no la puedo ayudar, la impresora se dañó, venga más tarde o mañana!”

Debió decir algo como no leyó el aviso.

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“Por motivos de falla en el sistema o en su caso con la impresora, no estamos realizando la copia de su recibo, vuelva más tarde o mañana, no, nos hacemos responsables de que le corten la luz ATT. ELECTRICARIBE” tal aviso claro, no existe.

En cuanto a lo que a mí respecta, me toco regresar mañana, porque mi jefe llamo diciendo “que tanto haces allí, llevas más de tres horas imprimiendo un recibo, vente que te necesitamos. Fin de la conversación.” La realidad supera la expectativa, mañana quizás toque hacer como las citas del seguro, y llegar de madrugada coger los primeros fichos, para estar sentados en una cómoda silla, tener la suerte de que estos señores quieran a tender a las 8:00 y que haya donde imprimir el recibo para que no corten la luz.

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