Montería. Alrededor de 22 mil hectáreas de bosque nativo han sido arrasadas en los últimos ocho años en la cuenca alta del Sinú, para sembrar especies introducidas como la teca, el eucalipto y la acacia magnum, estima
Así lo manifestó Néstor Mendivil Delgado, Coordinador de Seguridad Alimentaria y Cosecha de Aguas de la Corporación Áreas, Naturales Protegidas, quien reveló que preocupantemente el área más deforestada e intervenida, es la parte alta de la cuenca del Sinú, donde nace el afluente.
El funcionario sostuvo que recientemente, una reforestadora tumbó más de 7 mil hectáreas de bosque nativo para introducir especies mejoradas, que no albergan ningún tipo de biodiversidad, y solo sirven para explotación industrial; “los llaman bosques de plástico o desiertos verdes”, expresó.
La tala ilegal de madera y las grandes extensiones de especies introducidas por las multinacionales madereras, hacen que la deforestación e intervención desmedida en la cuenca del Sinú, sea un problema grave.

“No hay control, ninguna clase de norma que les prohíba eso a estas compañías o les haga regirse a un marco legal, con criterios y parámetros”, sostuvo.
Añadió que para tratar de minimizar este impacto negativo, el proyecto Corredor Agroecológico Caribeño, avalado por Colciencias y que se ejecuta con recursos de regalías, pretenden restaurar más de 2.500 hectáreas en la cuenca del rio Sinú.
La restauración se enfocará sobre todo en las áreas donde nacen los pequeños afluentes que desembocan en el rio, esto ayudará a recuperar las especies forestales que se han perdido.