Ayapel. En el seno de la Familia Avilez Guerra hay desconcierto, dolor y miedo por el asesinato a sangre fría de su ser querido, un campesino de 57 años de edad que actuaba como apoderado en un proceso de reclamación de tierras en el Urabá.
El trágico suceso ocurrió el pasado lunes festivo hacia las 5.00 de la tarde en la Finca Los Monos en zona rural del municipio de Ayapel en la subregión del San Jorge Cordobés.
El labriego se encontraba trabajando en la finca en mención, cuando dos sujetos se acercaron a él y le dispararon en tres ocasiones.
“Él salió a cumplir sus labores, ya era de tarde y al ver que no regresaba nos preocupamos, hasta que una llamada nos avisó que lo habían matado”, relata uno de los hijos del campesino Octavio Guerra Avilez.
Sus familiares manifestaron sentir temor, pues desconocen las razones que motivaron el crimen, pues el labriego no había denunciado amenaza alguna.
No obstante, con lago de temor, se atrevieron a revelar que el pasado 18 de mayo, este se había desplazado hasta el Urabá a medir unos linderos de un predio que su señora madre reclama en el marco de la Ley de Restitución de Tierras.
[su_quote]“Él simplemente estaba midiendo unos terrenos, pero no conocemos nada del trámite de reclamación ya que eso lo estaba haciendo mi abuela que es la dueña del predio”, indicó uno de los hijos del labriego asesinado.[/su_quote]
A su turno, Rodrigo Torres Velásquez, director de la Unidad de Restitución de Tierras en Córdoba, corroboró que Octavio Guerra Avilez no figuraba como reclamante de tierras, pero reconocieron que sí estaba actuando como apoderado de la señora Teresa Guerra, dentro del proceso por unos predios despojados en la Vereda Las Puyas en jurisdicción de Turbo, en el Urabá Antiqueño.
Al respecto, la Ley de Restitución de Tierras, contempla que cuando una persona solicita o reclama un predio por despojo, su núcleo familiar, esposo, esposa, o hijos, pasan a ser también reclamantes de tierras.
