Transición energética y conflictos ambientales

Por: Javier De La Hoz
1 mes atrás

En mayo de este año la compañía ENEL anuncio que suspendía indefinidamente la construcción del parque eólico Windpeshi ubicado en la Guajira; departamento ubicado en la costa norte de Colombia, la inversión en este proyecto ascendía a 400 Millones de dólares, para hacernos una idea de la magnitud del asunto, este solo proyecto de energías limpias supera el presupuesto de la vigencia 2024 de una ciudad intermedia como Montería.

Esta misma empresa en el mes de agosto anuncio que cancelaba y ya no construiría dos nuevos parques eólicos en la guajira; la experiencia del anterior literalmente ahuyento la inversión.

Según ENEL el proceso de construcción del proyecto se vio interrumpido durante casi el 50% de los días hábiles de los años 2021 y 2022, en el año 2023 esta cifra aumento a más del 60%. De acuerdo con cifras de SER COLOMBIA, la asociación de energías renovables; los proyectos en la guajira conllevan inversiones de aproximadamente 3.400. Millones de dólares, estos claramente están en riesgo, la razón; los conflictos ambientales.

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El altísimo riesgo al que se enfrentan los proyectos en un país como Colombia no es nuevo; desde hace varios años ocupamos el poco honroso segundo lugar en el planeta como el país con más conflictos ambientales; esto según el atlas global de justicia ambiental.

Ahora bien la conflictividad generada por el estallido de proyectos de energías limpias no es exclusivo de estas latitudes; basta observar como por ejemplo en Galicia; región ubicada al noroeste de España, se suspendieron por orden judicial 49 parques eólicos en los últimos tres meses, las razones son similares a las de la guajira ubicada a más de 10 mil Kilómetros de distancia; conflictos ambientales, la única diferencia es que en la guajira son comunidades étnicas y en España no, el factor común sin duda alguna es el tema ambiental.

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Es innegable que el mundo está en un clarísimo proceso de transición energética que implica pasar de la dependencia de combustibles fósiles a un modelo sostenible de producción y consumo de energía, estas son las llamadas energías limpias; pero ¿qué hacer si los proyectos de energías renovables pilar fundamental de la transición energética están atravesando por las mismas dificultades que atraviesan los proyectos de extracción de fósiles? Según mi concepto, la solución pasa por procesos estrictos de debida diligencia que involucren a todos los intervinientes, siempre teniendo presente que al igual que el modelo energético, la concepción del medio ambiente también cambio, ¡y de qué forma!!!

No debemos olvidar jamás que el medio ambiente es un derecho humano, tenerlo claro redunda en profundas modificaciones de las formas y el fondo como se vienen estructurando los proyectos, no hacerlo muy seguramente va a traer consigo tirar a la caneca de la basura miles de millones de dólares en inversión, en consecuencia tenemos dos opciones; seguir quejándonos, señalar culpables, opinar desde un sesgo ideológico o buscar soluciones que compaginen el desarrollo de los territorios bajo altísimos estándares de respeto al derecho humano al medio ambiente sano.

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En lo personal soy de estos últimos, soy de esos que creen en el desarrollo, y si nos encontramos en el camino con esos filibusteros llenos de avaricia que torpedean los procesos, y para evitar malas interpretaciones aclaro, filibusteros encontramos en todos los actores que intervienen en los proyectos, debemos enfrentarlos con respeto, pero también con toda firmeza de tal forma que por intereses particulares no se trunquen inversiones que serían muy beneficiosas, y así mismo si es del caso ponerle freno a intervenciones privadas que no respeten el derecho humano al ambiente sano.