En el corregimiento de La Toma, municipio de Suárez, Cauca, alrededor de 350 personas se encuentran refugiadas en una iglesia cristiana, debido a los intensos enfrentamientos entre el Ejército Nacional y disidencias de las FARC.
La comunidad completa lleva más de 72 horas confinada en el recinto religioso, temiendo quedar atrapada en el fuego cruzado.
Los combates iniciaron el lunes 20 de mayo cuando el frente “Jaime Beltrán”, comandado por “Iván Mordisco”, atacó una instalación militar cercana a La Toma. Ese mismo día, se registraron ataques contra la estación de Policía en Morales, Cauca, y un atentado en el centro de Jamundí, Valle del Cauca.
Según relatos de los pobladores, los enfrentamientos comenzaron alrededor de las 2:00 a.m. del lunes. Horas más tarde, la Guardia Cimarrona y el Consejo Comunitario evacuaron a los residentes, conduciéndolos a la iglesia en medio del fuego cruzado.
“A eso de las 9 de la mañana, nos tocó sacar a toda la comunidad de en medio de los actores armados”, declaró Silvio Chará, líder comunitario.
Actualmente, la comunidad permanece refugiada en la iglesia, donde se han dispuesto colchonetas y una cocina comunitaria. Los niños reciben clases a distancia debido al cierre de la escuela.
Los líderes comunitarios solicitaron a las autoridades inspeccionar la zona para garantizar la ausencia de explosivos o artefactos que pongan en riesgo a los habitantes.
La mayoría de las personas en el refugio son afrocolombianas, acompañadas por la Guardia Cimarrona. José Luis Ambuila, líder de la guardia, expresó: “Nosotros somos gente de paz. Queremos que el Gobierno y los grupos armados nos saquen de ese conflicto”.
Ángela Carrasco, directora de la Unidad de Víctimas del Cauca, reiteró el llamado de los pobladores, mientras que la Alcaldía de Suárez envió ayuda humanitaria.
