El exjefe paramilitar Salvatore Mancuso entregó información ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) sobre operaciones conjuntas entre las Autodefensas Unidas de Colombia y la fuerza pública.
En su testimonio, Mancuso mencionó una operación de desmovilización del Ejército Popular de Liberación (EPL) en dos fases, coordinada durante el Gobierno del expresidente Ernesto Samper. Según Mancuso, la desmovilización habría sido planificada con altos mandos militares y el exjefe paramilitar Carlos Castaño.
El objetivo de esta operación, según Mancuso, era que los altos mandos del Ejército obtuvieran reconocimiento público y avanzaran en sus carreras militares. Se coordinó que 240 guerrilleros del EPL entregaran sus armas en un acto público, pero días después se unirían a las Autodefensas.
Mancuso señaló que algunos de los desmovilizados del EPL posteriormente participaron en la masacre de Mapiripán, en el Meta, junto a Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, excomandante del Clan del Golfo.
El exjefe paramilitar afirmó que hubo una parte legal y otra ilegal en esta operación, y aseguró que el Gobierno de Samper estaba al tanto. Según Mancuso, Carlos Castaño se comunicó directamente con el entonces ministro del Interior, Horacio Serpa, para informarle sobre la operación. Mancuso destacó que el comandante Castaño habló con Serpa, lo que implicaba que desde el Gobierno se sabía que la desmovilización era una operación de las autodefensas.
Mancuso también reveló que parte de la desmovilización del EPL se llevó a cabo en una finca propiedad de los hermanos Castaño, y que los guerrilleros fueron transportados hasta allí por el Ejército.
