La directora del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), Ghislane Echeverry, advirtió que febrero será probablemente el mes más crítico por los efectos de la sequía asociada al fenómeno de El Niño, que fue declarado en el país desde noviembre de 2023.
Según Echeverry, aunque El Niño como fenómeno meteorológico se extenderá hasta abril, el impacto más fuerte en términos de escasez hídrica se sentirá en febrero, debido a la acumulación del déficit de precipitaciones que ya se registra desde diciembre.
“El hecho de que El Niño vaya hasta abril no significa que vamos a tener una sequía hasta ese mes, porque la temporada de más lluvias en la mayor parte del país comienza en marzo. Pero en febrero se prevé la sequía más intensa por el efecto acumulado”, explicó la directora del Ideam.
Y es que el país ya ha registrado temperaturas récord durante enero en varias regiones, superando incluso los 39°C en algunas zonas. San Andrés, Providencia, Santa Marta, Sahagún y Lebrija figuran entre las localidades con mayores incrementos.
Ante este panorama, Echeverry no descartó que enero de 2024 pase a la historia como el mes más caluroso registrado en el país, aunque señaló que es más relevante la tendencia al alza en las temperaturas máximas que su valor absoluto.
Los efectos de la sequía, como la disminución en los caudales de los ríos, se sentirán con mayor crudeza en febrero precisamente por la acumulación del déficit hídrico, explicó la directora del Ideam. Esto generará impactos en la agricultura, la ganadería, el abastecimiento de agua e incluso en la generación de energía.
De cara a los próximos meses, se espera una transición gradual de El Niño a La Niña a partir de agosto, lo que implicará nuevos riesgos asociados a un incremento en las precipitaciones.
