En la tarde del viernes 7 de junio, dos actos terroristas estremecieron el suroccidente colombiano. El primero, una detonación de un carro bomba en Robles, corregimiento de Jamundí, Valle del Cauca, cerca de las 4:30 p.m. Según reportes preliminares, el atentado no dejó personas heridas y ocurrió a pocos metros de la subestación de Policía del corregimiento.
Aproximadamente 40 minutos después, alrededor de las 5:10 p.m., se registró un segundo ataque, esta vez en la ciudad de Popayán, Cauca. Artefactos explosivos fueron lanzados desde tres drones y una rampla ubicada en una volqueta hacia la estación de Policía de la ciudad.
El coronel Nelson Dabey Parrado, comandante de la Policía Metropolitana de Popayán, confirmó el ataque: “Estamos investigando el origen de estos artefactos explosivos y trabajando para dar con los responsables de este acto terrorista que atenta contra la seguridad de nuestra ciudad”.
Las autoridades se encuentran en alerta máxima y han desplegado un operativo para dar con los responsables de estos ataques que han sembrado el temor entre la población del suroccidente colombiano. Hasta el momento, ningún grupo armado ha reivindicado la autoría de estos actos terroristas.