El Kremlin informó que el expresidente sirio Bashar al-Assad llegó a Moscú junto con miembros de su familia, luego de que Rusia les concediera asilo político. Este movimiento ocurre tras la toma de control de Siria por parte de grupos insurgentes, lo que puso fin a su gobierno de más de dos décadas.
Al-Assad abandonó el país en medio de una creciente tensión, marcada por el colapso de las fuerzas leales a su régimen y el avance de los rebeldes en la capital, Damasco.
Las autoridades rusas han ofrecido garantías de seguridad tanto al exmandatario como a su familia, quienes ahora se encuentran en territorio ruso bajo la protección del gobierno de Vladimir Putin.
El conflicto sirio, que ha dejado miles de víctimas y desplazados, entra en una nueva etapa tras la caída del régimen. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos, preocupada por el futuro político del país y los riesgos de un mayor deterioro en la región.
