Francia Márquez hizo una reflexión personal sobre su experiencia como vicepresidenta al ser cuestionada sobre si ha vivido “sabroso” durante sus tres años de gestión, reconociendo, durante la entrevista con Los Informantes, que su vida era mejor antes de asumir responsabilidades gubernamentales.
Esta confesión revela el precio que ha pagado Francia Márquez por ocupar la segunda magistratura del país, donde ha enfrentado constantes ataques, críticas mediáticas y tensiones familiares que han afectado su bienestar personal.
La vicepresidenta había mencionado anteriormente que su familia no está conforme con su decisión política. “Mis hijos mismos no están muy contentos con todo esto”, declaró al explicar el impacto que los ataques en redes sociales han tenido en su entorno cercano.
Su madre también le había expresado su malestar: “Todavía me dice, mi vida me cambió, se me volvió un infierno porque usted se metió en eso”, relató sobre los reproches familiares por su incursión en la política nacional.
La honesta evaluación de Márquez contrasta con la imagen pública del poder, mostrando que para ella el cargo ha representado más sacrificios personales que satisfacciones, pese a los logros institucionales que pueda haber alcanzado.
Esta reflexión se produce cuando la vicepresidenta se prepara para entregar su balance de gestión, en un momento donde evalúa tanto los avances como los costos personales de su experiencia gubernamental.
