Cifras del Instituto Geográfico Agustín Codazzi revelan que cerca del 28,7% de Colombia alberga suelos con conflictos de uso, de los cuales el 15,6% padece por el uso excesivo y sin control de la ganadería y la agricultura.
El 13,9% restante son terrenos que a pesar de contar con capacidad productiva, ésta es desaprovechada y desperdiciada.
Entre tanto, el 40% del territorio nacional ya sufre de algún grado de erosión por la intervención del hombre o de la misma naturaleza, siendo las regiones Andina y Caribe las más afectadas por erosión alta o muy alta.
En cuanto a la pérdida de bosques colombianos, el IDEAM y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible aseguraron que en 2014 la tasa de deforestación fue del 16%, año en el que se perdieron aproximadamente 140 mil hectáreas de coberturas boscosas.
Juan Antonio Nieto Escalante, Director General del IGAC, advirtió que ya es hora de dejar de ignorar a este recurso natural, el cual ya está dando señales de alerta.
“Como no lo vemos, el suelo siempre ha sido relegado a un tercer plano y se ha ignorado una de sus grandes funciones: garantizar el alimento. Si no ponemos freno de mano a las actividades agropecuarias insostenibles, a la maquinaria minera destructora y a la tala indiscriminada de bosques, y ponemos en marcha una política que lo haga visible, tarde o temprano no tendremos alimentos que llevar a la mesa”, dijo.