Lo que más preocupa a las autoridades colombianas, es el caso de los hasta ahora 34 menores de edad, deportados, pues muchos de ellos se han tenido que separar de sus familias, y han tenido problemas en el acceso al agua potable y en las comunicaciones.
El cierre de la frontera entre Colombia y Venezuela en Norte de Santander que lleva cinco días, por cuenta de la decisión del presidente Nicolás Maduro, ha dejado más de 720 colombianos deportados del vecino país, perdidas económicas, y un drama en las familias que no pueden regresar a sus hogares en sus respectivos países.
El hecho que más ha indignado a la opinión pública del país, ha sido el modo en que están deportando sistemáticamente a los colombianos en dicho país, pues algunos han registrado casos en que la Fuerza Pública les ha dado tratos inhumanos y degradantes, además de presentarse irregularidades en el proceso de deportación.
Al conocer las denuncias de los colombianos expulsados de Venezuela, el ministro del interior, Juan Fernando crista, le pidió al gobierno venezolano respetar los derechos humanos y no maltratar a los colombianos. “hay una situación preocupante, lamentable. Hay unas denuncias serias de atropellos a ciudadanos colombianos que vamos a tratar ante las autoridades venezolanas (…) también hay un problema de unificación de familias en el que tenemos que trabajar y vamos a pedir que se garantice el derecho a las propiedades y enceres de los colombianos que quedaron allá”, aseguró Cristo.
Este hecho ha generado diferentes reacciones en la clase dirigente del país, entre las que se destacan lo dicho por el senador Álvaro Uribe Vélez, en su cuenta de twitter, “Maduro, el Castro Chavismo no es garante de la paz sino promotor del terrorismo y torturador de la democracia”.
El próximo miércoles la ministra de relaciones exteriores se reunirá con su homologa venezolana, Delcy Rodríguez, para buscar una solución a la crisis en la frontera.
