Aníbal, busca a su verdadera madre, 40 años después de haber sido abandonado

Montería.  La historia de Aníbal se remonta al viernes 6 de septiembre de 1974, cuando su joven madre dio a luz en el  Hospital San Diego de Cereté, pero por circunstancias que desconoce, lo dejó abandonado en los brazos de una anciana a quien le pidió cuidarlo, mientras iba a comparar pañales. Pasaron las horas y la mujer nunca volvió, la anciana desesperada por el llanto incontenible del recién nacido, pidió ayuda a una mujer que pasaba por el lugar, quien sin pensarlo dos veces lo tomó en brazos y lo llevó a su hogar. Pero el pequeño aún estaba
8 años atrás
Aníbal, pide que si alguien lee esta historia y tiene algún indicio o pista que le ayude en su búsqueda, se comunique a los teléfonos 3004701123, 311 4268541 y 3135058037.

Montería.  La historia de Aníbal se remonta al viernes 6 de septiembre de 1974, cuando su joven madre dio a luz en el  Hospital San Diego de Cereté, pero por circunstancias que desconoce, lo dejó abandonado en los brazos de una anciana a quien le pidió cuidarlo, mientras iba a comparar pañales.

Pasaron las horas y la mujer nunca volvió, la anciana desesperada por el llanto incontenible del recién nacido, pidió ayuda a una mujer que pasaba por el lugar, quien sin pensarlo dos veces lo tomó en brazos y lo llevó a su hogar.

Pero el pequeño aún estaba lejos de haber conseguido una familia, pues la mujer agobiada por las deudas, problemas maritales y sus más de cinco hijos, no pudo hacerse cargo de Aníbal y empezó a buscar quien se quedará con él.

La historia del niño conmovió a Estrella Fuentes Banda, una adolescente de 20 años quien por casualidad llegó a visitar a la mujer que cuidaba a Aníbal; luego de conversar un rato con la señora ésta le preguntó si ella se quería hacer cargo de este niño, quien yacía casi sin vida envuelto en un trapo, meciéndose en una hamaca improvisada con un retazo de la misma sábana que lo envolvía.

La joven Estrella, no se sentía capaz de asumir semejante responsabilidad, sin embargo inquieta por el estado de salud del niño y conmovida en lo más profundo de su ser, quiso tomar partida en lo que sería el futuro de aquella inocente criatura, que apenas saboreaba los primeros sorbos de vida.

Aníbal, asegura querer conocer a su madre y a sus familiares.
Aníbal, asegura querer conocer a su madre y a sus familiares.

El estado de salud del pequeño era deplorable, esta malnutrido y una infección en el ombligo amenazaba con arrebatarle la vida. Abrumada por aquella escena, Estrella, decidió ir hasta la finca que quedaba en el caserío El Cepillo, zona rural de Cereté, hasta la casa de su hermana Jadith y consultarle, si entre las dos se hacían cargo de aquel bebé que por mantenerse  con  vida.

Jadith, sin contar con la aprobación de su esposo aceptó cuidar del bebé  y criarlo como a su hijo. El pequeño creció en un ambiente familiar muy modesto propio de un hogar campesino de las sabanas de Córdoba.

Al pasar los años,  se empezaron a notar algunas diferencias en cuanto a lo físico entre él y sus  hermanos, Aníbal medía  1’72 metros de estatura, mientras que sus hermanos apenas si sobrepasaban 1’58, mts, sus cejas pobladas y nariz ancha lo distinguían del resto. La gente empezó a murmurar, pero él nunca hizo caso a los comentarios.

Ya entrado en la edad adulta, se enteró que no era hijo biológico de la señora Jadith, y que fue abandonado por su verdadera madre a los pocos días de haber nacido, desde ese momento tiene el deseo de conocerla, saber si está con vida, si le hace falta algo y conocer quizá al resto de su familia.

Cree que su familia podría estar en San Pelayo, esa es la única pista que tiene.
Cree que su familia podría estar en San Pelayo, esa es la única pista que tiene.

Desde hace tres año emprendió la búsqueda sin ningún tipo de pistas, solo sabe que hace tres años una señora estuvo en la vereda El Cepillo, preguntando por la tía Estrella, la otrora joven que lo recogió y llevó a casa de su madre de crianza.

Se cree que la familia de Aníbal vive en San Pelayo, pues sus rasgos físicos concuerdan con los habitantes de esa región.

Hoy Aníbal tiene 41 años de edad, está casado y tiene una hija de 7 años de edad. Desde hace 10 años trabaja en Facatativá, Cundinamarca como operario en una fábrica que exporta flores a Europa.

Pide que si alguien lee esta historia y tiene algún indicio o pista que le ayude en su búsqueda, se comunique a los teléfonos 3004701123, 311 4268541 y 3135058037.