La prohibición de exportaciones de ganado bovino en pie afectaría negativamente a unas 350.000 pequeñas familias ganaderas. Además, el país perdería un comercio relacionado con esta actividad y que dinamiza otros sectores económicos.
“Durante el 2021, este comercio totalizó 247.171 semovientes por un valor de 151,5 millones de dólares. Sin embargo, los movimientos a lo largo de la cadena productiva pueden variar entre $850.000 millones a $950.000 millones de pesos. Es decir, alrededor de $1 billón al año”, dijo Fedegán.
José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos recordó que, en el primer semestre de este año, las exportaciones de ganado en pie aportaron la cifra de USD 198,6 millones a la canasta exportadora colombiana y que el total de las ventas internacionales -carne y novillos vivos- llegaron a USD 285,4 millones.
“Los compradores no proceden de los tratados de libre comercio, sino que han surgido de la gestión de diplomacia realizada entre las instituciones del gobierno y Fedegán. Específicamente las exportaciones tienen como destino los países de Oriente Medio”, dijo.
Restringir o limitar las exportaciones de animales en pie a través de proyectos de ley deterioraría gravemente la situación económica, de ingresos y bienestar de los productores primarios, en su mayoría pequeños ganaderos, insiste Fedegán.
“El efecto sería muy claro. El ganado de levante se verá depreciado al perder el mayor mercado que les demanda para abastecer las necesidades cárnicas de los países que hoy le compran. Cerrar las exportaciones es regresar a una ganadería que no era competitiva, una ganadería de carne improductiva y desincentivada”, alertó.