La Guajira enfrenta una crisis humanitaria significativa debido a la llegada masiva de migrantes venezolanos, que ahora totalizan cerca de 300,000 personas en un departamento con una población local de aproximadamente 1.2 millones. Esta situación ha sobrecargado los servicios públicos, especialmente en áreas de salud y educación, generando dificultades adicionales para el gobierno local en su esfuerzo por brindar atención adecuada a todos los residentes, tanto locales como migrantes.
El gobernador Jairo Aguilar Deluque ha expresado su preocupación por la gestión de la migración en municipios fronterizos, acusando a algunos alcaldes de enviar migrantes venezolanos hacia ciertas áreas estratégicas como Paraguachón. Esta práctica, según el gobernador, dificulta aún más la situación al concentrar los desafíos en ciertas zonas y limitar las oportunidades de distribución equitativa de recursos y apoyo gubernamental.
A pesar de los esfuerzos locales por controlar el flujo migratorio, muchos venezolanos continúan utilizando pasos ilegales para establecerse en municipios como Maicao y Riohacha. A medida que la situación persiste, el gobierno colombiano ha anunciado la implementación de un nuevo permiso especial para los migrantes venezolanos, buscando regularizar su situación y mitigar la presión sobre los servicios públicos en La Guajira. Sin embargo, la resolución integral de esta crisis requerirá una cooperación continua entre los diferentes niveles de gobierno y la comunidad internacional para abordar las causas profundas de la migración desde Venezuela.