En un ranking que dejará a más de uno con el apetito arruinado, TasteAtlas, la guía gastronómica internacional, ha publicado su escalafón de las peores comidas callejeras del mundo. Y la mala noticia es que dos platillos colombianos figuran en la indeseada lista.
TasteAtlas se ha convertido en la biblia para los amantes de la gastronomía global y si bien es conocida por resaltar los mejores platos en sus rankings, también no tiene miedo de señalar los que no recomienda. Y en esta ocasión, dos manjares colombianos han caído en desgracia.
En el octavo puesto, con una calificación de 2.8 sobre 5, se encuentra la hormiga culona. Estas hormigas de fondo gordo, mundialmente famosas como un manjar inusual del departamento de Santander, son originalmente recolectadas por los indios guane como fuente de proteína. Hoy en día, se necesitan unas cinco horas para sacar las hormigas de sus nidos en primavera. Se remojan las bases en agua con sal, luego se fríen durante unos 45 minutos y se cuela, mientras se quitan las alas a mano. El snack se vende en numerosas esquinas, se elabora con vino o se tuesta con sal, mientras que algunos restaurantes de lujo elaboran sus propias versiones gourmet del plato.
Pero no es el único plato colombiano en la mira. En el puesto 31, con una calificación de 3.2, se encuentra el bollo colombiano, que se puede hacer con maíz, yuca o papa. Normalmente se sirve en el desayuno, acompañado de queso. A lo largo de la costa colombiana, el bollo se puede comprar en numerosos vendedores ambulantes que lo venden recién preparado con las hojas de maíz en las que se envuelven antes de cocinarlos, aunque también se puede encontrar fácilmente en varios supermercados.
Sin embargo, el plato que TasteAtlas considera el peor del mundo es el ‘pani ca meusa ste’ de Italia. Este sencillo sándwich, una comida callejera básica en Palermo, se compone de un panecillo vastedda suave relleno con tiras de bazo de ternera frito y (ocasionalmente) pulmones. El ingrediente estrella es la carne y la versión básica, conocida como schettu, solo se cubre con un chorrito de jugo de limón, mientras que la única otra opción disponible es maritatu, que incluye un aderezo de queso caciocavallo rallado.
