#Eco| Bob Hendrikx, es el creador del ‘Living Cocoon’, un ataúd favor del medio ambiente, además convierte el cuerpo humano en abono para la naturaleza de manera más rápida. La idea surgió en un laboratorio de la universidad tecnológica de la ciudad de Delft, Holanda.
El ataúd está hecho de micelio, una parte vegetativa de los hongos.
‘Se trata de un ataúd que es de hecho un organismo fabricado con base en la estructura vegetativa de los hongos, los mayores recicladores de la naturaleza’, explicó.
Lo novedoso de este concepto además de ser orgánico se descompone en un tiempo de 30 a 45 días, comparado con los ataúdes de madera que toman más de 10 años. Los hongos ‘descomponen nuestro cuerpo en nuevos nutrimentos para que la naturaleza se expanda. ‘El micelio y los muchos microorganismos que se encuentran en el interior acelerarán el proceso de descomposición y neutralizarán las toxinas en la tierra, en nuestro cuerpo y enriquecerán la naturaleza’ agregó Bob.
‘Living Cocoon’ tiene las dimensiones y la apariencia de un ataúd clásico, pero trae el color blancuzco característico del micelio. La tapa, a caja está hecha de micelio por lo que es más liviano que el de madera y menos costoso.
La tapa, la caja, es de micelio, lo que hace que el ataúd sea más liviano que uno de madera. Y menos caro: cuesta en la actualidad 1.500 euros (1.770 dólares).
Para fabricarlo, es necesario cavar bajo la turba en el bosque, extraer micelio puro proveniente del hongo, mezclar eso con aserrín de madera, y poner el todo en la horma de un ataúd clásico. Siete días más tarde, todo eso se transforma en un organismo vivo en forma sólida.