Montería. Según testigos del hecho, el Cabo Segundo, Leonardo Páez, llegó uniformado y armado hasta la sede de la Universidad de Córdoba. El guardia se seguridad del alma mater, manifestó que el militar le dijo que solo entraría a dejar a su novia y saldría inmediatamente.
Ya al interior de la sede Universitaria, el Cabo adscrito a la Brigada XI del Ejercito, se topó con el estudiante de décimo semestre del programa de Geografía, que al parecer fue novio de la actual pareja del militar, a la cual presuntamente venía acosando por medio de Facebook.
Testigos del hecho, aseguraron que el militar reaccionó de forma violenta y agredió al universitario, esto llamó la atención de los compañeros de estudio del joven, que al observar la escena trataron de auxiliarle.
Los ánimos se caldearon aún más, cuando presuntamente el militar sacó su arma de dotación para intimidar a los estudiantes.
En cuestión de minutos una gran cantidad de universitarios exacerbados rodearon al militar, que presa del miedo, decidió refugiarse en el edificio administrativo del alma mater, porque la multitud lo quería linchar.
Por casi cuatro horas permaneció al interior de la sede administrativa, desde la cual a través de un alto parlante, pidió disculpas a la comunidad universitaria por el bochornoso hecho.
Los estudiantes universitarios, pedían respetó por la institución, la cual no es “la instancia competente para resolverle su problema de índole personal, que no debería involucrar los espacios académicos”, expresaron.
El jefe de seguridad de la Universidad, tuvo que trasladarse a la Brigada XI para solicitar ayuda de los uniformados y lograr sacar al militar agresor, de inmediato un grupo de soldados fue enviado a la Universidad, pero no se les permitió el ingreso hasta que funcionarios de la Defensoría del Pueblo mediaron para resolver el impase.
“Queremos que quede un precedente y constancia de que el militar infringió la ley y atentó contra la integridad de un miembro, sin embargo, los estudiantes no lo lastimaron en ningún momento”, expresaron miembros del sindicato estudiantil del alma mater.
De igual forma, rechazaron lo sucedido y le pidieron a las directivas de la Universidad, instaurar denuncias penales contra el suboficial del Ejército, y exigieron de la Brigada XI, un pronunciamiento oficial y disculpas públicas.
“Esperamos que situaciones como esta no se repitan porque ponen en riesgo la integridad física de toda la comunidad estudiantil”, reseña el comunicado del sindicato.
Finalmente, la comisión de la Defensoría del Pueblo, logró sacar al militar sano y salvo de la dependencia en la que se refugiaba, inclusive, algunos estudiantes formaron una cadena humana para protegerlo y evitar así que la situación se tornara violenta.