El presidente Gustavo Petro desmintió que su gobierno planee retomar la fumigación con glifosato para la erradicación de cultivos ilícitos, contradiciendo así las declaraciones del ministro de Defensa, Pedro Sánchez, y los documentos oficiales publicados en la plataforma de contratación estatal SECOP.
“Esto no es cierto”, afirmó el mandatario, quien reiteró que la política de su administración se centra exclusivamente en “el pago por erradicación voluntaria de cultivos de hoja y su sustitución por productos agroindustriales que generen prosperidad en las comunidades”.
Esta contradicción llega después de que la Dirección Antinarcóticos de la Policía Nacional abriera oficialmente, entre el 21 y 26 de febrero, cinco procesos de contratación relacionados con la adquisición de glifosato y equipos para aspersión terrestre.
Los documentos especifican la compra de “Plaguicida químico de uso agrícola con composición garantizada de ingrediente activo: Glifosato 480 g/litro”, con una dosis prevista de 10 litros por hectárea.
Esto no es cierto. La política del gobierno es el pago por erradicación voluntaria de cultivos de hoja y su sustitución por productos agroindustriales qué generen prosperidad en las comunidades https://t.co/LxRJgOzM7P
— Gustavo Petro (@petrogustavo) April 9, 2025
El ministro Sánchez había anunciado públicamente que estas operaciones comenzarían en el segundo semestre de 2025, mientras que la ministra de Justicia, Ángela María Buitrago, había precisado que se utilizaría una baja concentración del herbicida para minimizar impactos negativos.
La negativa presidencial pone en entredicho la coordinación entre las diferentes entidades gubernamentales frente al problema de los cultivos ilícitos, en un momento crítico donde las cifras del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci) de Naciones Unidas señalan un incremento del 53% en la producción de cocaína durante 2023.
El gobierno Petro ha enfrentado cuestionamientos por la reducción del 70% en las operaciones de erradicación forzosa, alcanzando apenas el 50% de la meta anual de 10,000 hectáreas, mientras los cultivos de coca aumentaron de 230,000 hectáreas en 2022 a 253,000 en 2023.