El presidente Gustavo Petro anunció la suspensión del proceso de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) tras un devastador atentado en Puerto Jordán, Arauca, que dejó 2 muertos y 27 jóvenes heridos.
El ataque, perpetrado con una volqueta cargada de explosivos, marca un punto de inflexión en las negociaciones que se venían desarrollando con el grupo guerrillero.
“Prácticamente, es una acción que cierra el proceso de paz con sangre”, declaró Petro, comparando este incidente con el ataque a la Escuela de Policía en Bogotá ocurrido en el pasado.
El mandatario expresó su frustración ante lo que describió como un “eterno devenir” de violencia que silencia al pueblo colombiano y perpetúa el conflicto.
El atentado, que según el Ejército ocurrió a solo 900 metros de una escuela con más de 300 menores, no solo pone fin a las conversaciones de paz, sino que también plantea serias preocupaciones sobre posibles infracciones al derecho internacional humanitario.
Petro lamentó este retroceso en los esfuerzos por alcanzar la paz, cuestionando el ciclo repetitivo de violencia en la historia colombiana. La decisión de suspender el diálogo representa un golpe significativo a las esperanzas de una resolución pacífica del conflicto con el ELN.