– ¡Ercale! Loco, coronamos – dijo Pedro* a sus compañeros, cuando se disponían a salir con el cargamento de hicoteas hacia la capital cordobesa, ad portas de una semana santa y con la ‘minita de oro’ en la capota de su camioneta, sin saber que a pocos metros le saldría el mismísimo ‘diablo’.
Y preciso, no habían recorrido varios kilómetros cuando Cesar* gritó – ¡Nojoda! docto, los verdolagas – el ‘frenón’ en seco no se hizo esperar, esto despertó la sospecha de los policiales, que le ordenaron detener el vehículo.
– Buenas, estimados amigos – les dijo el Capitán Gómez, solicitándole que descendieran de la camioneta para una requisa de rutina. Los latidos cardiacos de Pedro, Cesar y Martín* comenzaron a aumentar y como si supieran lo que pasaba afuera, las 248 hicoteas que iban metidas en costales dentro de la capota cubierta de la Hilux, comenzaron a patalear, como ‘suplicando’ que las salvaran de su fatal destino.
Los policías se miraron entre sí y le pidieron a Pedro, quien conducía el carro, que abriera la puerta trasera de la Toyota. – ¡Ay papá! – exclamó entre dientes el cabo Miranda* al notar los costales que se movían solos. – ¿Amigo, que trae aquí? – Preguntó el capitán – Maíz compadre, le respondió Martín, con el nerviosismo que se lo comía por dentro, y no es para menos, si los descubrían podían irse a la ‘guandoca’ por algo más de 4 años.
Los minutos pasaron y ante la sospecha, los policiales abrieron los costales. Allí estaban los 248 ‘lingotes’ que no les dieron riqueza, sino un cargo judicial por tráfico de fauna silvestre.
Y desde otro lugar…
La noticia se regó como polvo, las redes sociales se invadieron de fotografías posteadas por las autoridades, allí estaban los tres amigos que pensaban ‘coronar’ con la ‘mina de oro’, avaluada en casi 600 millones de pesos. Los medios locales ya preparaban lo que era el ‘notición’ de la semana santa.
En las redacciones se manejaba la información de los 3 sujetos de 31, 43 y 45 años de edad, que transportaban estas especies y fueron capturados, además, junto a las hicoteas incautadas fueron dejados a disposición de la fiscalía local de Sahagún.
Pero yendo más allá, ¿Qué hacen con esas hicoteas?
La redacción digital de LaRazón.com.co se activó, ante la polémica suscitada en las redes donde preguntaban “¿Qué hacen con esas especies?” Y señalaban: “¿terminarán en la barriga de los policías o de los funcionarios de la CVS? Todo esto, no para investigar qué pasaría con los capturados, lo cual es claro, sino para seguir La Ruta de las Hicoteas.
La Corporación Ambiental de los Valles del Sinú y San Jorge – CVS, como máxima autoridad ambiental de Córdoba, expone que posterior a un decomiso, los ejemplares son trasladados al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre. Además, sostuvo que existe un daño ambiental que se agrava, ya que las hicoteas son cazadas en plena etapa de reproducción, esto se traduce en que puede en cualquier momento entrar a la lista roja de especies en vía de extinción.
Conociendo el proceder de la autoridad ambiental, acudimos al CAV, allí nos atendió Camilo De Santis, coordinador del centro y su grupo de biólogos. Paso a paso, dieron a conocer el proceso desde el momento en que ingresan hasta que salen las hicoteas, que pasan por una clasificación morfométrica, valoración clínica y reposo.
Una vez los ejemplares son valorados, pasan a un estanque artificial en el que entran en proceso de reposo. Incluso allí algunas hicoteas desovan, ya que posee un espacio acuático y uno sólido para que completen su ciclo reproductivo, el cual fue truncado. Una vez cumplen con esta etapa, son liberadas en su habitad natural.
Es necesario precisar que, esta liberación se realiza respetando ciertos criterios, entre ellos la zona donde fueron incautadas, ya que se desconoce la procedencia de las mismas. Todo lo anterior con el fin de respetar las características genéticas de la especie, endémica en cada zona.
Con el fin de brindar una confiabilidad en el proceso, la autoridad ambiental por cada lote o especies individuales que son decomisadas, cuenta con una historia del caso. Estas historias, son analizadas por los entes de control que corroboran la veracidad de la información, además pasa a mano de entes jurídicos con el fin de estudiar las penas y sanciones que acarrean este tipo de casos.
Según cifras oficiales el 10% del total de hicoteas incautadas, mueren durante la acción ilegal, principalmente a falta de oxígeno, otras causas son la ruptura del caparazón o la inserción de anzuelos. Ese número, pasan a manos de entidades sanitarias que se encargan del descarte de los residuos biológicos.
Mientras realizábamos este trabajo, salió a flote otra noticia, esta vez no con hicoteas sino con babillas. La Policía Ambiental había incautado 600 ejemplares de esta especie, que pretendían sacrificar y vender como bagre durante la semana mayor, una noticia impactante pero tal vez será una historia para contar en otro momento.