Montería. La masacre de tres personas en la vereda Pueblo Guapo de San José de Uré, esconde un panorama de violencia que rememora las épocas más oscuras del paramilitarismo en el departamento de Córdoba.
Luego de este suceso se conoció el testimonio de un stestigo al que los criminales le perdonaron la vida para que llevara una advertencia a los pobladores de dicha vereda.
Según el relato, hombres armados que se identificaron como integrantes de Los Caparros, llegaron en la mañana del jueves 7 de noviembre a una finca de la zona y sacaron a tres jóvenes, entre ellos a los primos Deiver Enrique Zuluaga López de 28 años y Daniel Ochoa López de 18 años y se los llevaron hasta un paraje solitario.
Cuando se encontraban en ese punto, casualmente el mototaxista José Meneses Cordero se dirigía hacia una mina de oro de la zona a dejar una pimpina de combustible, los sujetos le ordenaron que se detuviera, lo bajaron de la moto, a tres los arrodillaron y les dispararon por la espalda y al otro le perdonaron la vida para que fuera y llevara una advertencia, señala el escabroso testimonio.
Tras presenciar las escenas de horror y los integrantes de los Caparros enviaron al sobreviviente a la población para advertirles a los habitantes que, si no dejaban de suministrar insumos a los del Clan del Golfo, iban a quemar todas las casas de la vereda.
Las autoridades en el departamento de Córdoba temen a raíz de este bárbaro acto se genere un desplazamiento masivo hacia la cabecera municipal de San José de Uré.
La Policía de Córdoba reconoció que la disputa por las rentas y legales de la minería criminal y el narcotráfico está generando este tipo de asesinatos en esa región donde Clan del Golfo y Caparros libran una batalla a muerte por dominar la zona.