La tragedia ocurrida en una casa campo ubicada a las afueras de Valledupar ha dejado más preguntas que respuestas. El desplome parcial del lugar, aparentemente causado por fuertes lluvias y vientos, resultó en la trágica muerte de Naileth Guerra, de 22 años, y Saray Manga, una menor de 13 años de edad oriunda de Barranquilla. Las familias de las víctimas ahora buscan justicia y responsabilidades por lo ocurrido.
Víctor Guerra, padre de Naileth Guerra, ha confirmado que instauró una denuncia penal, esperando que las autoridades investiguen y se apliquen las sanciones correspondientes.
“Esperamos que las autoridades nos den las respuestas que estamos exigiendo, porque en mi cabeza como padre de Naileth, y ante las autoridades competentes, establecí una denuncia formal porque sí, la consideramos como una muerte violenta”, declaró Guerra.
La tragedia se registró a las 8:10 de la noche del pasado sábado, cuando la estructura se desplomó sobre más de 80 personas que asistían a una celebración, incluyendo a los novios, familiares, invitados, músicos y empleados. El caos y la desesperación se apoderaron de los presentes, quienes intentaban escapar del peligro sin entender completamente lo que sucedía.
La emergencia fue atendida de inmediato por el Cuerpo de Bomberos, Defensa Civil, Cruz Roja y la Alcaldía de Valledupar. Los rescatistas trabajaron durante más de cuatro horas para sacar a las víctimas de entre los escombros. Las ambulancias no daban abasto y las víctimas fueron trasladadas a cinco centros médicos diferentes. En uno de estos centros se confirmó el deceso de Naileth Guerra.
Testigos del incidente, como Ronald Castillejo y Jorge Solórzano, narraron los agónicos momentos vividos durante y después del desplome. Castillejo describió cómo el techo se vino abajo en cuestión de segundos, mientras que Solórzano, un músico que terminó bajo los escombros, relató que el estruendo se sintió como cuando “un árbol se quiebra”. Ambos mencionaron que había notables goteras en el techo antes del colapso.
El alcalde de Valledupar, Ernesto Orozco, informó que un equipo de peritos está investigando si el lugar cumplía con los protocolos de seguridad necesarios para este tipo de eventos. “Hay que revisar el reglamento de propiedad horizontal y de convivencia, los reglamentos de estos condominios, porque las personas creen que por ser propietarias de sus casas campos, de sus lotes, pueden construir y hacer lo que quieran allá”, manifestó Orozco.
De los más de 30 heridos, aproximadamente 19 fueron dados de alta durante el fin de semana, mientras que 11 continúan hospitalizados, cuatro de ellos en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).
La comunidad y las familias de las víctimas exigen respuestas y justicia por las vidas perdidas en esta trágica y, según ellos, evitable catástrofe.