Montería. Luis Miguel Neiro Arroyo, un joven solado regular de 19 años, que se encontraba prestando su servicio militar, fue hallado muerto el pasado 13 de diciembre, con varios impactos de bala y signos de tortura.
El cadáver fue encontrado en el río Sinú, en inmediaciones del Sector conocido como Sierra Chiquita, cercano a la Brigada XI del Ejercito , permaneció desde esa fecha como NN en medicina legal, mientras sus familiares, oriundos de Montería, ignoraban lo ocurrido y pensaban que se había devuelto a Tunja en Boyacá, al batallón en el que se encontraba prestando el servicio militar..
Esperanza Arroyo, madre del joven militar, vive en Villavicencio y viajó a Montería para encontrase con Luis Miguel, cuando este salió de licencia a finales del mes de noviembre.
Sin embrago, al llegar a Montería, los familiares donde se estaba quedando hospedado el joven militar, le manifestaron que este se había devuelto para el batallón.
Esperanza, no tuvo sospecha alguna de que algo malo le hubiera sucedido a Luis Miguel, pero sintió gran extrañeza y preocupación cuando el 24 y el 31 de diciembre no recibió la acostumbrada llamada de su hijo.
“A mí sí se me hizo raro que mi hijo no me hubiera llamado ni el 24 ni el 31 de diciembre”, dice la angustiada madre que exige respuestas sobre lo acontecido.
El pasado 7 de enero, Esperanza, recibió una llamada del Batallón en la cual le manifestaban que a Luis Miguel se le había vencido la licencia y debía regresar a la unidad militar, fue en ese momento cuando su premonitorio instinto de madre, le avisaba que algo no anda bien.
“Un cabo me llamó preguntando por mi hijo, me dijo que ya se le había acabado la licencia que se presentara, desde ese día comencé a buscarlo hasta hoy (ayer) cuando lo encontré muerto. Me dijeron que lo habían matado el 13 de diciembre que tenía varios impactos de bala y que lo habían hallado flotando en el río Sinú”, contó la madre al diario Al Día.
Familiares del joven militar, expresaron que la última vez que lo vieron con vida, fue el pasado 12 de enero, ese día, dos hombres que se movilizaban en motocicletas, llegaron hasta el barrio Villa Paz de Montería, donde Luis Miguel se quedaba hospedado, y se lo llevaron.
Al día siguiente, el cadáver de Luis Miguel yacía flotando en el Sinú, con varios impactos de bala y signos de tortura. Solo pudieron reconocer el cuerpo por un tatuaje que el joven tenía en el brazo y por la ropa que tenía puesta el día que desapareció.
Luis Miguel, tenía la intención de quedarse como soldado profesional. La madre espera que las autoridades les ayuden a resolver y aclarar la muerte de su hijo.
“No sabíamos nada de él, teníamos la esperanza de encontrarlo con vida, pedimos a las autoridades que investiguen y que su crimen no quede impune, era un muchacho sano que tenía aspiraciones de continuar con su carrera militar”, indicó la desconsolada madre.