Del EPL a las AGC: lecciones aprendidas en procesos de paz en Córdoba

El departamento fue testigo en 1991 de la desmovilización del Ejército Popular de Liberación (EPL), uno de los primeros grupos guerrilleros en firmar la paz en Colombia.
2 meses atrás
Foto: Archivo El Espectador

Córdoba, escenario de múltiples conflictos armados, se encuentra nuevamente en la encrucijada de un posible proceso de paz, esta vez con las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC).

El gobernador Erasmo Zuleta Bechara, haciendo un recorrido por la historia de pacificación en el departamento, advierte sobre la necesidad de aprender de experiencias pasadas para no repetir errores.

El departamento fue testigo en 1991 de la desmovilización del Ejército Popular de Liberación (EPL), uno de los primeros grupos guerrilleros en firmar la paz en Colombia. Este acuerdo, aunque significativo, dejó lecciones amargas

“Dígame hoy, dónde están miembros del EPL. Hoy son miembros de las autodefensas que tenía el clan del golfo”, señaló Zuleta, evidenciando cómo la falta de oportunidades post-desmovilización llevó a muchos excombatientes a reincorporarse a grupos armados.

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Posteriormente, en 2005-2006, Córdoba vivió el proceso de desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Este evento, que prometía paz duradera, tampoco logró transformar significativamente las condiciones de violencia en la región. “¿Qué ha pasado? ¿Dónde está la inversión?”, cuestiona el gobernador, señalando la falta de compromiso estatal en el desarrollo post-conflicto.

Estas experiencias han dejado cicatrices profundas en Córdoba. Con aproximadamente 400,000 víctimas registradas, incluyendo 50,000 solo en el municipio de Tierralta, el departamento carga con un pesado legado de violencia.

Ante los posibles diálogos con las AGC, Zuleta propone un enfoque diferente. “No queremos una paz como la del pasado, que simplemente se sientan a dialogar con las cabecillas”, afirma. Su propuesta incluye una paz integral que involucre a las comunidades afectadas, garantice oportunidades reales para los excombatientes rasos y, crucialmente, venga acompañada de inversión social sustancial.

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El gobernador enfatiza la necesidad de compromisos concretos de todas las partes: grupos armados, gobierno nacional, cooperación internacional y autoridades locales. “Si vamos a hablar de paz, son gestos de paz verdaderamente, pero también compromisos de inversión que transformen el territorio”, insiste.

La postura de Zuleta refleja un cambio de paradigma en la concepción de los procesos de paz en Córdoba. Ya no se trata solo de silenciar las armas, sino de construir una paz sostenible que aborde las causas estructurales del conflicto y ofrezca alternativas reales de vida a quienes han estado inmersos en la violencia.