La población indígena Emberá Katío del resguardo del Alto Sinú, que alcanza las 12.000 personas, atraviesa una crisis humanitaria prolongada desde 2022 debido a desplazamientos forzados, restricciones a la movilidad y amenazas por parte de grupos armados no estatales en el municipio de Tierralta, Córdoba.
Las comunidades indígenas afectadas evitan denunciar las agresiones por temor a represalias de los grupos armados que operan en la zona, lo que ha generado un subregistro de las afectaciones y profundizado la vulnerabilidad de la población, según reporta la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
El último episodio de esta crisis ocurrió el 8 de enero de 2025, cuando 611 personas (179 familias) de las comunidades de Nejondó y Koredó se desplazaron hacia centros poblados por operaciones militares contra grupos armados ilegales.
La situación actual expone a la población a riesgos como el reclutamiento de menores, violencia basada en género y limitaciones en el acceso a alimentación, agua potable y servicios básicos de salud.
En 2024, otras 1.008 personas (216 familias) de la misma zona quedaron confinadas tras un combate, lo que demuestra la persistencia de acciones armadas que afectan a la población civil del resguardo.
Las autoridades locales han activado mecanismos de respuesta humanitaria. El Comité Territorial de Justicia Transicional coordina la entrega de ayudas alimentarias, kits de higiene y atención en salud para las familias desplazadas.
La OCHA señala que las comunidades requieren apoyo psicosocial con enfoque étnico, asistencia alimentaria inmediata, jornadas de salud integrales y acceso a agua segura. También destaca la necesidad de garantizar el acceso y permanencia escolar de niños y adolescentes para reducir riesgos de reclutamiento.
