Mueren abuela y nieto en avalancha

Región / Sucre. La tristeza invade al corregimiento Macaján, en donde a pesar de que la población es de casi 4 mil habitantes es imposible que la ausencia de 2 de sus pobladores no se note. El llanto en el rostro de muchas personas así lo confirman y se palpa en cada paso por las agrietadas calles del barrio El Camarón, a orillas del arroyo que lleva el mismo nombre. La razón para tal aflicción es porque la corriente, con una furia desmedida, arrastró al niño José Gabriel Arrieta Barón, de 8 años, y a su abuela Martha Mery Ochoa
10 años atrás
Foto tomada de Internet

Región / Sucre. La tristeza invade al corregimiento Macaján, en donde a pesar de que la población es de casi 4 mil habitantes es imposible que la ausencia de 2 de sus pobladores no se note.

El llanto en el rostro de muchas personas así lo confirman y se palpa en cada paso por las agrietadas calles del barrio El Camarón, a orillas del arroyo que lleva el mismo nombre. La razón para tal aflicción es porque la corriente, con una furia desmedida, arrastró al niño José Gabriel Arrieta Barón, de 8 años, y a su abuela Martha Mery Ochoa Coronado, de 51,  Sus cuerpos fueron encontrados a las 5:30 de la mañana de ayer.

“A todos nos duele. En Macaján somos una sola familia. Esto es una tragedia para nunca olvidar”, coincidían los lugareños que se acercaban a la casa donde habitaban las víctimas.

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El silencio domina a esta comunidad fiestera. Se observa a los niños y adultos callados, asombrados y cabizbajos, sentados en las puertas de sus casas comentando la trágica muerte de estas dos personas, algo de lo que no tienen recuerdos en sus lúcidas memorias: “Al llegar al arroyo le dije ‘vieja, voy a pasar primero para ver si las aguas vienen con fuerza’. Cogí medio bulto de yuca me lo puse al hombro. Cuando pasaba le dije a mi vieja que sí se podía pasar, pero cuando llegué a la orilla y puse el bulto siento esa corriente que viene bajando con fuerza y veo a mi mamá y el resto de mi familia que las está arrasando el agua y me lancé, pero solo alcancé a socorrer a mi hermana Martha Liliana Padilla Ochoa”, relató Eugenio Zabala, hijo de la víctima.

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Eugenio, como pudo, llegó con Martha Liliana a la casa y le avisó a su padre lo que había pasado. Enseguida emprendieron la búsqueda por toda la orilla del arroyo. Dice que iban llamando por sus nombres a los desaparecidos y fue así como Cindy, su hermana, y otro sobrino les contestaron, pues a estos el agua los arrastró hasta la orilla y lograron agarrarse en la raíz de un árbol.

El cuerpo sin vida del menor lo llevaron para donde él vivía y lo subieron a una mesa donde lo taparon con una sábana blanca. El de su abuela lo cargaron en una hamaca, pero a los familiares no les dio tiempo de llevarlo a la casa porque en ese momento llegó el CTI a efectuar la inspección técnica de los cuerpos, a ambos cadáveres los llevaron a la morgue de Tolú.Mientras el hombre relata la tragedia de su familia una lágrima acaricia su rostro, toda vez que es consiente de que sus parientes ya no pasearán más por Macaján porque el Camarón se los llevó a un viaje sin regreso.

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Los docentes y alumnos de la Institución Educativa de Macaján están de luto. El menor cursaba primero de primaría.

Será recordado como un niño cariñoso y tratable.

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