Magdalena.La tradición cultural y ancestral de los aborígenes en la Sierra Nevada de Santa Marta es que los cadáveres de sus seres queridos son sepultados en medio de rituales en los que no se emplean cajas mortuorias. Sin embargo, a raíz de la muerte de 11 miembros de la comunidad de los Wiwas, el mamo Ramón Gil y los familiares de las víctimas pidieron 11 ataúdes.
El asesor administrativo y de gestión sociocultural del resguardo Kogui, Malayo, Arhuaco, Mauricio Blanco, estuvo ayer consiguiendo los ataúdes en que serán sepultados los 11 indígenas Wiwas, que murieron en la madrugada del lunes por la acción de un rayo.
Los féretros fueron obtenidos en Santa Marta y en la mañana de hoy serán trasladados hasta la comunidad de kemakumake. La remisión de los cajones se hará desde la base de la Primera División del Ejército en un helicóptero.
Los cuerpos permanecen en una de las chozas de la comunidad, a la espera de ser sepultados, según se informó ayer. Los cadáveres a pesar del clima frío de la Sierra, comenzaron a descomponerse.
“Ya me dijeron que los cuerpos tenían mal olor, pero no conozco el procedimiento que se les aplicará para que no se dañen, eso se hace de acuerdo con las recomendaciones de los familiares”, dijo la enfermera Ana Gil Nacogui de la comunidad Wiwas.