Êbêra bedea. Seguramente la mayoría de los lectores no entienda las primeras dos palabras de este escrito, pero unos mil 500 niños indígenas Embera Katíos, saben qué significa ‘escritura embera’. La construcción de la hidroeléctrica Urrá trajo cambios para este grupo étnico, hay discusiones entre si fueron buenos o malos, pero en lo que respecta a su lengua les deja una riqueza inmaterial que no tiene precio.
Acuerdos firmados entre ese grupo étnico y la empresa Urrá precisan que se debía trabajar en la conservación de su cultura y costumbres. Para eso se contrató en 1995 al profesor Rito Llerena Villalobos, un reconocido etnolingüísta, que se había pensionado en la Universidad de Antioquia, en la cual estuvo frente del centro de investigaciones del departamento de comunicaciones, desde el cual había tenido sus primeros acercamientos con los emberá, en Tarazá, departamento de Antioquia. Su misión era trabajar en la preservación de la lengua de los embera katíos.
“Desde un principio supe que esa lengua se podía escribir, que sus raíces estaban en las lenguas chocó que ya habían sido estudiadas, cuando expuse esa tesis, los contradictores salieron a decir que Urrá quería enseñarles a los emberá la lengua de Urabá, porque los iban a trasladar a esa tierras para poder hacer el llenado de la represa”, dijo Llerena.
Sabiendo que esa no era la intención el profesor trazó los caminos adecuados para lograr el objetivo, se metió en la selva del Nudo del Paramillo, convivió con los indígenas, los escuchó hablar, hizo grabaciones, aprendió a entenderlos bien y duró años trabajando en la creación del alfabeto de la lengua emberá.
“El emberá se diferencia del español en su escritura porque es una lengua muy nasal, eso hace que tenga 12 vocales. Basado en el alfabeto fonético internacional, se trabajó en la escritura de esa lengua”, señala el docente.
Han pasado casi 20 años y apenas el proyecto comienza a tener los resultados esperados, hoy se puede decir con toda confianza “La lengua embera katío ya se puede escribir”. Lo que ha pasado en este tiempo permite concluir que la lengua embera katío es única, dialectalmente parecidas a otras lenguas amerindias, pero única en el mundo.
Cuando el profesor Llerena tuvo avanzado el arduo trabajo de creación de la escritura embera katío, comenzó a capacitar a los indígenas, el primer grupo fueron 42 jóvenes de las diferentes poblaciones, a quienes alfabetizó quedando nivelados hasta quinto de primaria, ese fue el primer grupo que aprendió a escribir, tanto el español como emberá katio.
Estos 42 indígenas se convirtieron a su vez en maestros y paralelamente han continuado con su aprendizaje, a finales del 2015 se graduarán como maestros normalistas, algunos de ellos ya tienen definida la carrera que estudiarán. “Lo que decidamos estudiar tenemos claro que deben ser para ayudar a nuestras comunidades, por esos los 42 hemos hablado y acordado que tenemos que repartirnos en diferentes profesiones”, señala Wadis Libardo Jarupia Domicó quien es uno de los maestros indígenas. Estos 42 maestros además de las clases normales, dedican varias horas al día para enseñar a sus alumnos el êbêra bedea.
Escriben sus mitos y leyendas
Una vez se tuvo la escritura del embera katío, los primeros ejercicios que se hicieron fue escribir sus mitos y leyendas, para perpetuarlas en el tiempo.
Esos escritos se pueden encontrar en un periódico producido por Urrá que inicialmente se llamó ‘Karagabí’, nombre que tomaron de quien es el padre de los dioses para los embera, actualmente ese tabloide se llama ‘Juí’ que en lengua embrea es ‘Oso’.
El estilo de esos periódicos tiene sus orígenes en el comic, son textos con muchas ilustraciones, las cuales son realizadas por los mismos jóvenes embera katíos.
Reescritura de la obra del nobel
El proyecto de creación de la escritura de la lengua embera katío enfrenta actualmente otro reto que es el trabajo en la reescritura de la obra ‘El Coronel no tiene quien le escriba’, del Premio Nobel de Literatura, colombiano Gabriel García Márquez.
“No es una traducción del texto, leímos el libro y estamos reescribiendo, como lo interpretamos los embera katío y en nuestra lengua”, dice Jarupia Domicó, quien señala que hay ciertos temas en los cuales mantienen discusiones con Urrá, pero siempre consideran que preservar su lengua y ahora poderla escribir es una gran riqueza.
“El 90 por ciento de la población embera katío no lee ni escribe, pero estamos seguros que pronto sin perder nuestras costumbres, podremos leer y escribir, tanto el español como el Êbêra bedea. Hoy podemos decir con una gran alegría que la lengua embera ya se puede escribir.