La adolescencia es una etapa dura en la que el cuerpo y la mente experimentan grandes cambios. En la infancia los niños pasan por una especie de adolescencia, solo que al no tener problemas o no ser conscientes de ellos, no tienen el mismo riesgo de suicidio que los más mayores. Es por eso que hay que estar atentos de manera permanente a la salud mental de nuestros hijos y no cuando sea demasiado tarde.
El suicidio puede producirse a cualquier edad, y se considera raro entre los niños, pero a medida que se acerca la adolescencia el riesgo se incrementa. Actualmente, es la tercera causa de muerte adolescente, mientras que la primera son los accidentes y la segunda los homicidios. Aprender más cerca de los factores que podrían llevar un adolescente al suicidio podría ayudar a prevenir más tragedias, y aunque no siempre se pueden impedir, siempre es buena idea informarse y tomar medidas para ayudar a un adolescente con problemas.
Los jóvenes con problemas de salud mental, como ansiedad, depresión, trastorno bipolar o insomnio, corren más riesgos de pensar en el suicidio, así como aquellos que pasan por cambios fuertes en la vida como el divorcio de sus padres o problemas financieros. También, se puede presentar el suicidio en adolescentes después de un evento estresante en su vida, como problemas en el colegio, la rotura con un novio o novia, la muerte de un ser querido, o un fuerte conflicto familiar. Finalmente está la depresión, una de las principales causas del suicidio que genera sentimientos extremos como desesperanza e inutilidad, así como la sensación de que no vale nada y no aporta a este mundo.
Los adolescentes que piensan suicidarse podrían mostrar algunas señales como lo son retraerse de amigos o de la familia; escribir canciones, poemas o cartas sobre la muerte, la separación y perdida; regalar objetos valiosos a hermanos o amigos; perder el deseo de participar sus actividades predilectas; mencionar el suicidio o la muerte en general; insinuar que ya no estarán más; mencionar los sentimientos de desesperanza o de culpa; tener dificultades para concentrarse o pensar con claridad; y perder interés en la escuela o en los deportes.
Por lo anterior, es importante que los padres reflexionemos sobre la importancia del dialogo con nuestros hijos en los encuentros cotidianos, que les permita comunicarse y expresar sus preocupaciones. Hazle saber a tu hijo todos los días que estás ahí para él; que no está solo en el mundo, y que siempre podrá contar contigo, porque sufrir un golpe emocional grave o una desilusión puede hacer que se desencadenen tendencias suicidas si no se saben enfrentar esos problemas.
PARA DESTACAR:
Abandonarse al dolor sin resistir, suicidarse para sustraerse de él, es abandonar el campo de batalla sin haber luchado. Napoleón Bonaparte.