Sucre: 52 años de resistencia

Por: Mario Ruiz Soto.


“Sucre, glorioso Mariscal, esta tierra es monumento a tu memoria, con orgullo mirarás desde la historia, nuestro suelo que tu nombre lleva ya”. Es un fragmento del himno sucreño, en honor al Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre. En su nombre hay un claro mensaje independentista que forja la historia natural de nuestro querido departamento.

Así fue. En 1963, un grupo de personas -incluyendo a exponentes de la iglesia católica- en Sincelejo conformaron el Comité Central Popular Pro-Departamento de Sucre. En las manos de uno de ellos, se agitaba una bandera con dos colores: verde y blanco. Era la insignia de este movimiento separatista del departamento de Bolívar, que hoy es el símbolo oficial de Sucre.

El verde representa la prosperidad de nuestra tierra: sus paisajes. Por eso dice el himno: “sus verdes montañas, sus arroyos y su mar” y luego “un gran jardín primaveral”. Por su parte, la franja blanca es una señal de las victorias que lograron conseguir los fundadores del departamento -para algunos simboliza la defensa de las etnias-. Ésta última es una señal de paz.

Vuelvo a 1963. En el teatro Apolo, cuentan quienes estuvieron que aproximadamente 200 personas gritaron: “ahora o nunca. Sincelejo, capital del departamento de Sucre”. Solo por un momento, ¿lo pueden imaginar? Para mi, Sincelejo no solo se convirtió en la sede de un movimiento independentista sino también, en el escenario natural para reivindicar derechos. No había universidad, calles sin pavimentar y servicios públicos como el agua y la luz en pésimo estado. ¿No les parece familiar?

Ese movimiento tuvo sus frutos. Se impulsó y aprobó al interior del Congreso de la República, la ley 47 de 1966 que crea al departamento. Posteriormente, el 1 de marzo de 1967, el entonces presidente Carlos Lleras Restrepo lo inaugura oficialmente. Por ello, este fin de semana, hondamos la bandera verde y blanco nuevamente en su cumpleaños número 52. Yo veo un sentimiento de orgullo por nuestro departamento que está inmerso en cada uno de nosotros. Personalmente, no puedo sentirme más orgulloso de ser sucreño.

Ahora debemos evaluarnos. ¿Cómo creen que se sentirían quienes impulsaron la creación de Sucre después de 52 años? ¿Cómo nos sentimos nosotros actualmente? No puedo hablar en nombre de nadie, pero percibo un aroma de disgusto. Para nadie es un secreto que las oportunidades de avance la han quitado tan solo unos pocos.

No habíamos madurado como departamento, cuando en un suspiro llegaron dos fenómenos: la corrupción y la violencia. Por fortuna, poco a poco a este último la hemos venido cerrando. Ahora nos queda la corrupción. Es hora de tomar como ejemplo al Comité Central Popular Pro-Departamento de Sucre de los años 60, e inspirar un movimiento separatista de los corruptos. Ellos están asfixiando las oportunidades; nos están robando las esperanzas y peor aún, nos pueden quitar el norte. No lo permitamos.

Tomemos nuevamente como inspiración a Antonio José de Sucre -por cierto, debemos mejorar su estatua en el parque Mochila-, y honremos la memoria de quienes nos dieron la oportunidad de ser departamento. La mejor forma de conmemorar los 52 años del departamento es cerrándole las puertas a los corruptos. Si cada uno de nosotros lo hacemos y los sancionamos socialmente, veremos como esas frases trágicas “que roben, pero que hagan” no van a ser parte del lenguaje. Hagámosle saber que no lo tienen todo. Vale la pena recordar un fragmento del himno: “soy amante de la paz y la armonía, el progreso, la justicia y la razón”. Este es el ADN de cada sucreño y sucreña. Todo lo contario a lo que quieren los corruptos. No lo olvidemos.

Sucre, mi querido Sucre. Propongo en estos nuevos tiempos, el verde sea el color de las esperanzas, de las oportunidades. Y, el blanco, simbolice la victoria frente a los corruptos. Feliz cumpleaños Sucre de mi alma. Felices 52 años de resistencia.

 

Mario Ruíz Soto
Profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales
Universidad Externado de Colombia