Siga mirando pa´otro lado

Por: Boris Zapata Romero


Jhon F. Kennedy dijo alguna vez que “las cosas no pasan, las cosas están hechas para pasar”.

Hoy 24 de octubre, se conmemora en todo el mundo el Día Internacional contra el Cambio Climático, un mal de tan grandes proporciones que muchos aún o no comprenden en su totalidad, o aún creen que es algo ajeno, algo que pasa “del otro lado de la cerca”.

Lo cierto es que los movimientos negacionistas del cambio climático cada vez pierden más poder, pues la evidencia de lo que ocurre no está en las probetas de los científicos, sino en la vida diaria.

En una entrevista al Director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales -GISS de la NASA, Gavin Schmidt, señaló que “en las décadas de 1980 y 1990, la gente seguía discutiendo sobre si el calentamiento durante el siglo XX fue significativo, pero con otros 20 años de temperaturas récord, eso se ha demostrado muy claramente. (…) Pero a medida que estas líneas de evidencia han madurado, la necesidad de encontrar nuevos métodos para unirlos a todos de manera coherente se ha vuelto aguda”.

“Las cosas no pasan, las cosas están hechas para pasar”, es clave para entender que en este tema cabe a todos la responsabilidad de superarlo, pues se trata de algo que se hizo por todos, que está ocurriendo por todos, desde nuestro desconocimiento, desde nuestra desidia, desde nuestra lógica de que “el que venga atrás que arree”, o esa tarambana tranquilidad con que asumimos que la quema de esa basurita o la bolsa tirada a la suerte del viento, no causa mayor efecto.

Una de las mayores talanqueras para afrontar con mayor coraje el cambio climático, tiene que ver con que aún para muchos es difícil encontrar un equilibrio entre el cuidado y la conservación ambiental, y el desarrollo económico y la creación de riqueza.

Hace dos días me di a escuchar la moción de censura planteada por el partido de extrema derecha Vox, en contra del Gobierno de España presidido por Pedro Sánchez; en ella, Santiago Abascal líder de VOX, tildó de a quienes estamos alerta en este tema del cambio climático de adoradores de chamanes, y que él, ellos, pues planteaba la postura de la extrema derecha, a eso del cambio climático no le jugaban, lo que importaban eran los negocios. ¡Tamaño despropósito!

Y lo digo sin doblez, pues no hay economía con fortaleza posible, y algo de eso nos sigue enseñando el 2020, si hay un desdén de lo básico: la salud y la vida.

Hay cálculos muy claros de los costos de contaminar, que permiten decir con tranquilidad que seguir produciendo de esa manera produce mucha riqueza. Pero para unos pocos. Aclaro que son realmente muy muy pocos, para que no vayan a creer el par de amigos con plata y apellidos que tengo que clasifican. Ello se da, en contra del efecto de empobrecimiento material y ambiental, por lo tanto, de salud, de la absoluta mayoría de nosotros.

Una de esas guías para determinar, en lo calculable pues hay daños y afectaciones complicadas de monetizar, se encuentra en el “Estudio de valoración y restauración de daños a recursos naturales con fines de responsabilidad ambiental” de la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea, un estudio que se realizó tratando de establecer un régimen de responsabilidad ambiental en el 2001.

Sen embargo cada vez son más las formas de determinarlos. Ejemplo es el publicado en The Guardian recientemente, que refleja un estudio en el que se aclara que “Los costos miden la erosión general del bienestar público, definido como vivir una vida larga y saludable en un medio ambiente limpio. La investigación cuantifica el valor monetario de la muerte prematura, el tratamiento hospitalario, los días laborales perdidos y otros costos de salud”, y de esta manera establecen que hay un “coste medio de 349 millones de libras esterlinas por ciudad”. Nada más ni nada menos que 1.7 billones pesos colombianos. ¡Hágame el favor!

Estamos celebrando un día de una lucha que nos convoca a todos; un día en el que, así como nuestras acciones grandes y pequeñas han aplicado para mal, pueden comenzar a aplicar para bien según lo dicho por el presidente Kennedy: “las cosas no pasan, las cosas están hechas para pasar”.