A Dios le doy gracias todos los días por los tantos privilegios y bendiciones que he recibido en mi vida como una buena Salud, una familia, educación, trabajo, amigos, y un temperamento que me ha ayudado a tener buenas relaciones interpersonales. La verdad no había contemplado como privilegio el buen dormir, duermo muy bien. Sin embargo, cada día se hace más cotidiano escuchar en los círculos laborales, familiares y de amigos, la preocupación por dormir bien; se habla mucho de esa palabra que no gusta llamada insomnio, y es por ello, que en esta ocasión les compartiré aspectos relevantes al buen dormir.
Dormir es algo tan importante como ingerir alimentos y se relaciona con el descanso; comúnmente se habla del sueño reparador, haciendo referencia al reposo y a la recuperación de que son objeto los individuos que duermen. Dormir es una necesidad fisiológica como lo es comer o beber. El sueno llega tarde o temprano, sin importar que tanto esfuerzo haga una persona por mantenerse despierta. Es un comportamiento caracterizado por la necesidad urgente de buscar un sitio confortable, tranquilo, donde poderse recostar y permanecer allí durante varias horas.
El sueño, como todas las actividades fisiológicas de los individuos, puede tener problemas y trastornos que lo afecten. El más común y popular es el insomnio, nombre con el que se denomina la incapacidad o dificultad para conciliar el sueño, ya sea por dificultad en iniciar o mantener el sueño, despertar en la madrugada, tener una pobre calidad de sueño o una cantidad insuficiente de este. Dentro de los trastornos del dormir este es el más frecuente en la población en general.
El insomnio no es una enfermedad sino más bien un síntoma, es decir, la forma como se manifiesta alguna enfermedad cuyo origen depende de varios factores. Por lo cual, es importante buscar y determinar su causa, que pueden ser la edad, el género, la presencia de enfermedades médicas o psiquiátricas, entre otras.
El médico Edgar Osuna Suarez, en su libro: insomnio y otros trastornos del sueño, manifiesta que el insomnio transitorio llega a presentarse hasta en un 40% de la población en general, mientras que entre el 9% y 12% se quejan de sueño inadecuado en forma crónica.
Es importante resaltar que factores ambientales y de estilo de vida pueden llegar a afectar la calidad del dormir. A continuación les comparto algunas recomendaciones propuestas por el galeno Osuna Suarez: el consumo de café o de té se debe restringir a las horas de la mañana o temprano en la tarde, dado que es una bebida que contiene cafeína, y realizar ejercicio en las horas de la mañana o cinco o seis horas antes de la hora de acostarse, pues el ejercicio fuerte en las horas de las noches causa mayor que las persona quede alerta, y se dificulte el dormir.
También se recomienda regularizar los horarios de las comidas y el del ciclo sueño-vigilia, realizar actividades relajantes una o dos horas antes de acostarse y desprenderse de las actividades laborables, lo cual ayuda a disminuir el alertamiento previo a la hora de acostarse.
No debemos olvidar que el dormitorio debe cumplir, en lo posible, con algunas características que ayuden a conciliar el sueño, que sea oscuro, silencioso y confortable.
El insomnio genera consecuencias que nos afectan durante el día, como irritabilidad, inquietud, malestar, cansancio, fatiga, falta de energía, dificultades para desarrollar las actividades del día, perdida de la sensación de bienestar, disminución en la concentración y en la atención. Lo anteriormente expuesto amerita cualquier esfuerzo que hagamos en pro de dormir bien.