En un país tan diverso y lleno de contrastes como Colombia, la autonomía regional se presenta no solo como un deseo, sino como una necesidad imperiosa para asegurar el desarrollo equitativo de nuestras comunidades. Con Propósito Colombia, seguimos recorriendo el territorio nacional, llevando el mensaje de descentralización y potenciando las regiones para construir el país que todos anhelamos. Nuestra más reciente parada fue en Tunja, fuimos acogidos con notable generosidad, propiciando el espacio ideal para un diálogo franco y directo con la ciudadanía sobre temas fundamentales para el futuro del país.
Durante el Panel “Autonomía Regional y Descentralización”, compartí reflexiones con exmandatarios como Juan Carlos Cárdenas, de Bucaramanga, y Luis Antonio Ruiz, de Florencia. Juntos remarcamos la necesidad de una distribución más equitativa de los recursos, lo cual permitiría a las regiones invertir estratégicamente en proyectos que mejoren la calidad de vida. Este enfoque no solo vislumbra un crecimiento económico, sino que también busca consolidar a las regiones como verdaderos motores de desarrollo.
Las mesas de trabajo en Tunja junto a gremios y representantes de Boyacá fueron enriquecedoras. Allí abordamos sectores clave como la construcción, hotelería, y agricultura. Buscamos soluciones prácticas y propuestas concretas que puedan ser llevadas ante el Congreso, especialmente en reformas vitales como la Justicia, Agraria y el Sistema General de Participaciones (SGP).
Propósito Colombia tiene un objetivo irrenunciable: unir esfuerzos para fomentar el crecimiento integral de todas las regiones. A través de espacios académicos y gremiales, promovemos un diálogo basado en la experiencia y el conocimiento. Colaboración que además de crear propuestas viables, también identifica oportunidades para un desarrollo sostenible que pueda replicarse en todas las regiones.
Este propósito por el país se consolida como una herramienta esencial a nivel nacional. No estamos solo poniendo temas en la agenda; estamos abordando las complejidades de cada territorio, escuchando a quienes conocen los desafíos locales de primera mano y aportando toda nuestra experiencia. Este entendimiento, sin duda alguna, nos permite proponer soluciones sensatas que el Gobierno Nacional, agremiaciones, la academia, y la sociedad civil pueden adoptar de manera coordinada.
El trabajo que realizamos no busca más que simples cambios; nuestras propuestas van encaminadas de manera inequívoca a construir una nación más próspera y equitativa donde las regiones tengan un mayor protagonismo y puedan consolidar su propio desarrollo. Saldar las deudas históricas con las comunidades que han sido olvidadas es un deber que no podemos eludir. Es hora de que cada rincón de Colombia sienta que su voz importa y que el desarrollo no es un privilegio, sino un derecho.
Mi invitación es a seguir construyendo juntos. Que cada paso que demos sea firme y que cada proyecto que emprendamos sea una semilla de esperanza para las generaciones futuras. Sigamos confiando en el poder transformador de las regiones, porque en ellas reside el verdadero potencial de Colombia.