Príncipe azul

Por: Ana Caro (@anacaro_larazon)


Blog de opinión. Si hay algo que ocupa gran parte de nuestros pensamientos cuando estamos solteras, divorciadas o viudas es imaginar con quién vamos a pasar la vida, quién será esa persona que nos acompañará y nos hará sentir mariposas en el estómago.

Sin embargo, con el cambio de los tiempos y el grado de ocupación de las mujeres modernas esa selección se ha hecho un poco complicada, bien sea porque los hombres no nos prefieren tan inteligentes o porque las mujeres queremos a alguien que nos de la talla.

Y es que cuando buscamos pareja, tomamos distintos caminos, recurrimos a una amiga que seguramente conoce ‘al hombre perfecto para ti’, a la app de moda que nos muestran opciones que podrían funcionar (pero acéptenlo es una ruleta rusa), usamos páginas de citas, o en la discoteca etc, pero, ¿te has puesto a pensar cómo es realmente ese hombre que quieres para ti?

El tema no es de mirar y escoger de lo que veas, o de que conoces a alguien que no llena todos tus requisitos, pero aja, ‘peor es nada’ dirían algunas. ¿En serio chicas?

Esa persona que te va a conocer realmente, sin maquillaje, si la comida te dio indigestión y te inflaste como un globo, sin el “bra” que te hace ver copa C, te va a ver como te levantas en la mañana así despeinada, sin cepillarte los dientes, definitivamente no puede ser una decisión a la ligera, ese hombre debe ser especial.

Debemos tener algo claro, cuando nacemos y desde antes de estar en el vientre de nuestra madre, Dios ya nos concibió, ya nos había creado para un propósito y así como te creó a ti también, creó a ese hombre que es perfecto para complementarte.

Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado Jeremías 1:5

Pero, ¿cómo te vas a encontrar con él? ¿Será el destino? ¿Coincidencias? ¿La luna y las estrellas?, pues no, hijas de Dios, princesas del Rey, la palabra nos dice así:

»Sigue pidiendo y recibirás lo que pides; sigue buscando y encontrarás; sigue llamando, y la puerta se te abrirá. Pues todo el que pide, recibe; todo el que busca, encuentra; y a todo el que llama, se le abrirá la puerta. Mateo 7

¡Qué tal!, solo tenemos que pedir, ¿dónde lo vas a hacer?, en tu intimidad con Dios, cuando vayas a tu lugar secreto, con la persona que te conoce porque fue quien te creo, quien vela a tu lado cuando tu duermes, tu Padre Celestial, y estando ahí sola con Él, abre tu corazón, cuéntale cómo es esa persona con la que sueñas, cómo es físicamente, su forma de ser, sus sueños, su formación, en fin, cada aspecto que sea relevante y eso sí, no olvides ni un detalle, es más, anótalo en una agenda, en tu devocional, en tu cuarto de guerra, en donde quieras y no lo pierdas.

Sin embargo chicas, no todo se trata de recibir sino también de entregar. En ese momento de oración, reflexiona un poco en cómo eres tú, ¿eres la persona que ya está preparada para ese hijo de Dios? ¿Tienes heridas aún por sanar? ¿Qué tienes por mejorar?

Eso lo trataremos más adelante en otro post, sin embargo, ahora te doy unos tips para que anotes en tu lista del Príncipe Azul:

  • Antes de empezar dedica ese tiempo a que sea Dios quien te guíe y no tus emociones, es decir, que se parezca al personaje de una serie que viste en Netflix, o al de la novela, etc, mejor que te guíe quien verdaderamente te conoce y habita en ti que es el Espíritu Santo.
  • Dale nombre a la lista, mi futuro esposo, mi novio por siempre, mi idóneo, mi príncipe, como quieras que se llame pero titúlalo.
  • Escribe sus cualidades en cuanto a su carácter, personalidad, sus emociones, sus hábitos, que no deje la toalla sobre la cama, que use los cubiertos, que le guste cocinar, que le agrade el tiempo en familia, que simpatice con tus amigos, etc.
  • Anota sus atributos físicos, alto, bajo, 1.80cm, color de cabello, su ojos, sonrisa, etc.
  • Su nivel de educación, sus proyectos, perfil, empresario, emprendedor, etc, y todo lo que esté ahí en tu corazón y que quieras que él tenga para ti, pero eso sí, te voy a decir la más importante de todas las que escribí y las que tú puedas tener y es: ¡Que sea un hombre conforme al corazón de Dios!

El hombre que ama primero a Dios y luego a ti, es un hombre al que el Espíritu Santo le examina, le redarguye, lo guía y aún mejor que está dispuesto a obedecer y hacer lo que a Dios le agrada, es decir, no es perfecto, ni es el religioso, es el hombre que su corazón hace sonreír a Papá Dios y un hombre así, muy difícilmente es infiel, maldiciente, amargado, descuidado, y reitero en esto, no es perfecto pero es un gran hombre.

Bueno chicas, espero que les haya gustado el post, no se rindan que a ninguna la dejó el tren, ni nació para estar sola, ni es un espécimen raro que no encuentra pareja, olvídense de eso, somos princesas, hijas de un Rey que nos ama profundamente y que quiere que seamos felices con Él y los dones, cualidades que nos dio para complementar a un príncipe que nos está esperando.

¡Bye!